sábado, 16 de febrero de 2013

Los cargos de confianza en Madrid ya se ajustan a la limitación del 0,7% del total de plantilla de la reforma local

MADRID.- La reforma de la administración local que impulsa el Gobierno central establece que el número de asesores de los ayuntamientos con una población superior a los 500.000 habitantes (Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Zaragoza y Valencia) no podrá superar el equivalente al 0,7 por ciento de la plantilla municipal. 

   Al respecto, recordar que en el caso de Madrid con la última reducción del personal eventual (del 20 por ciento) de las áreas de Gobierno acometida por la Junta de Gobierno el 17 de enero, el personal de confianza suponía ya el 0,7 por ciento del total de 29.153 empleados que componen la plantilla municipal.
   En aquella reforma, las plazas de personal de confianza alcanzaban los 85 puestos en áreas de Gobierno, se mantenían los 84 plazas de personal eventual de los grupos municipales, los 41 que lo hacen en los 21 distritos, y los tres que trabajan en el Pleno municipal, según recoge un comunicado del Ayuntamiento tras el acuerdo alcanzado en la Junta de Gobierno.
   Precisamente este viernes el Consejo de Ministros ha analizado este viernes un segundo informe de Hacienda y Administraciones Públicas sobre la reforma de la administración local, con la que calcula que se ahorrarán 7.129 millones de euros al reducir el sector municipal, limitar el número de concejales con sueldo y reforzar las diputaciones como centrales de servicios locales.
   El ministro Cristóbal Montoro ha presentado al Consejo de Ministros este documento, que también ha sido remitido al Consejo de Estado para que haga aportaciones. El ministro ha subrayado la importancia del proyecto y la necesidad de profundizar en las negociaciones en las Cortes, porque el proyecto afecta a la "arquitectura institucional del Estado".
   Uno de los objetivos de la reforma es clarificar competencias municipales, pero también reforzar el control financiero y presupuestario sobre los municipios y racionalizar la estructura local, de la que desaparecerán todas aquellas entidades que no cumplan unos mínimos de eficiencia.
   Montoro ha aclarado que no desaparecerán ayuntamientos, pero que dejarán de prestar sus competencias cuando no sean eficientes. Ha asegurado que el Gobierno alentará la concentración de servicios en las diputaciones, porque cree que puede generar ahorros, así como la fusión de localidades.
   Montoro ha explicado que el Gobierno finalmente no reducirá el número de concejales, sino el de aquellos con retribución, una opción que "ahorra mucho más". El objetivo, ha dicho, es impulsar la participación en política "y si esa participación es voluntaria, mejor".
   Así, de los 68.285 concejales, 12.188 (el 18 por ciento) podrá tener dedicación exclusiva y cobrar. En Madrid podrán cobrar 45 (son 57) y en Barcelona, 32 (son 41). De 700.000 a un millón, serán 25 los concejales con retribución, y de ahí hacia abajo. Por ejemplo, de 50.000 a 100.000 vecinos, cobrarán 15 ediles; y de 10.000 a 15.000 habitantes, lo harán 5.
   También se limitarán los sueldos de los presidentes de diputación, que podrán cobrar como máximo, incluidos todos los conceptos retributivos y la asistencia, lo que el alcalde de la corporación más poblada de su provincia.
   Montoro ha querido subrayar otra de las medidas previstas. Se reducirá el número de contratados eventuales que puede tener un municipio, el personal que entra y sale de los ayuntamientos generalmente con el cambio de gobierno local.
   Ahora, se reduce a 6.489 el número total de asesores. En los ayuntamientos mayores de 500.000 habitantes, no podrán superar el equivalente al 0,7 por ciento de la plantilla municipal; en los de 75.000 a 500.000, no podrán haber más asesores que concejales; en los de 50.000 a 75.000, no más que la mitad de los concejales y por debajo de estas poblaciones, sólo se podrá contratar a 7, dos o un asesor (pueblos de 5.000 a 10.000 vecinos).
   En las diputaciones, consejos y cabildos insulares el personal eventual no podrá superar la mitad del número de diputados o miembros electos. En el resto de entidades locales, o de sus organismos dependientes, no habrá personal eventual.
   Además, los Presupuestos Generales del Estado limitarán también las retribuciones del personal público de la Administración Local y los sueldos de los directivos de empresas públicas locales. La intención es evitar las enormes diferencias actuales, ha dicho Montoro.
   La reforma define con precisión la lista de competencias que deben ser desarrolladas por la administración local; tendrán unas competencias obligatorias y unos servicios mínimos que prestar no podrán ofrecer otros añadidos hasta que aquellos no estén garantizadas.
   Se busca así que desaparezcan las llamadas competencias impropias, aquellas que han venido ejerciendo los ayuntamientos pese a ser de titularidad autonómica. La pretensión del Gobierno es que si una comunidad quiere que los ayuntamientos presenten un servicio que le compete, deberá garantizar su financiación, a riesgo de que Hacienda les reste la cantidad impagada de su participación en los ingresos del Estado. Para no llegar a este extremo, se permite por primera vez, la compensación de deudas pendientes entre administraciones.
   En el informe se fija que las competencias de Educación y Sanidad serán exclusivas de las comunidades, aunque se les da un periodo transitorio de cinco años para el cambio progresivo de titularidad de las competencias. En el caso de los servicios sociales, el periodo transitorio será de un año.
   Otro de los objetivos del Gobierno es establecer además un coste estándar de los servicios municipales y comparar todos los que prestan los municipios. Los resultados obligarán a que se dejen de prestar servicios ineficientes o a que estos sean ejercidos por las diputaciones si se trata de ayuntamientos menores de 20.000 habitantes. En el caso de los municipios mayores, podrán ceder esa competencia voluntariamente o delegarla a la CCAA.
   Las mancomunidades y las entidades locales menores se someterán al mismo proceso de evaluación. Si no lo superan, serán disueltas. Los servicios de las mancomunidades pasarán a depender de las Diputaciones, mientras que los de las entidades locales menores dependerán de los municipios.
   Asimismo, se revisa en profundidad el sector público local y sus organismos dependientes para reducir su número. Los Ayuntamientos no podrán crear ningún organismo nuevo mientras tengan vigente un plan de ajuste y deberán sanear las empresas dependientes o liquidarlas.
   En el plazo de tres meses, entidades menores y mancomunidades deberán presentar sus cuentas ante los organismos correspondientes del Estado y la Comunidad Autónoma respectiva para no incurrir en causa de disolución. Igualmente, se someterán a la evaluación de sus servicios.
   Otro importante aspecto de esta reforma es el que refuerza la función interventora en las entidades locales y se habilita al Gobierno para establecer las normas sobre los procedimientos de control. Montoro ha explicado que se busca un control "más riguroso" del que se ha tenido en los últimos años.

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