MADRID.- El juez de Instrucción nº 4 de Madrid, 
Marcelino Sexmero, ha admitido a trámite una querella presentada por la 
Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) contra nueve 
personas, entre ellas los ex consejeros de Sanidad Manuel Lamela y Juan 
José Güemes, por presuntas irregularidades cometidas en la adjudicación 
para la gestión sanitaria externalizada de los primeros hospitales de la
 Comunidad de Madrid (Infanta Elena, en Valdemoro; el Rey Juan Carlos, 
en Móstoles; y el Hospital de Torrejón de Ardoz). Declararán en calidad 
de imputados el próximo dos de octubre.
   La querella también se dirige contra la actual viceconsejera de 
Asistencia Sanitaria y directora del Servicio Madrileño de Salud 
(SERMAS), Patricia Flores, entonces directora general de Atención 
Primaria; el director general de Hospitales, Antonio Burgueño; el 
representante de la Fundación Jiménez Díaz, Juan Antonio Álvaro de la 
Parra; el presidente o consejero delegado de Grupo Ribera Salud; el 
presidente o consejero de Capio Sanidad; el presidente o consejero de 
Unilabs; y el presidente o consejero de Asisa.
   En un auto fechado ayer, el 
magistrado acuerda admitir a trámite la querella presentada el pasado 29
 de mayo por la comisión de supuestos delitos de realización arbitraria 
del propio derecho, coacciones, delito contra la Hacienda Pública, 
falsedad documental, prevaricación, cohecho, fraude y malversación de 
causales públicos. La acusación popular la representan varios diputados 
del Grupo Parlamentario Socialista de la Asamblea de Madrid.
   Tras incluir el pasado 3 de junio las diligencias de 
investigación, el juez cita en su auto a los querellados a partir del 
próximo 13 de septiembre. Las declaraciones en calidad de imputados 
concluirán el próximo 2 de octubre con las comparecencias de Lamela y 
Güemes. El juez indica en el auto que todos ellos deberán ir acompañados
 de un abogado, ya que declararán como imputados.
   Tras ello, dictará una nueva providencia para citar a varios 
testigos, entre ellos el director de continuidad asistencial del 
Hospital de La Paz, Miguel Amengual, o el director médico del Hospital 
Infanta Elena, Juan Antonio Azofra.
   En la resolución, el juez expone que la querella denuncia 
supuestas irregularidades del SERMAS en "el concierto para asistencia 
sanitaria suscrito con la UTE-FJD (Grupo Capio), en la vinculación de 
excargos y cargos políticos con empresas privadas concesionarias o 
participes en la gestión sanitaria, en la negligencia en el control del 
gasto público y la facturación intercentros, la derivación del paciente a
 traves del denominado Call Center y la vulneración de los derechos de 
los pacientes protegidos por la Ley 6/2009 de Libertad de Elección en la
 Sanidad de la Comunidad de Madrid y la Ley 41/02 reguladora de la 
Autonomía del Paciente y de Derechos y Obligaciones".
   Añade que los hechos "se resumen en el contexto de la actuación de
 la Administración autonómica en la Gestión de la Sanidad Pública, en la
 que según los querellantes se ha producido dentro de una gran opacidad y
 falta de información un incremento en el gasto la asistencia sanitaria 
con medios ajenos a la vez que un progresivo descenso en el gasto en la 
cartera sanitaria pública".
   La Comunidad de Madrid, por su parte, ha explicado 
que las querellas son siempre admitidas cuando no tienen defectos de 
forma y se muestra "segura de que se actuó correctamente" durante la 
primera externalización, pues se desarrolló con "todos los 
procedimientos legalmente establecidos".
   Por tanto entienden que esta querella es una "maniobra política 
del PSM y de su sindicato médico" ya que estos primeros hospitales con 
gestión externalizada no sólo "cumplen con un umbral de satisfacción muy
 alto", sino que con un 92% de ratio superan incluso a la media de 
hospitales de la región, que también cuentan con una satisfacción muy 
alta entre los pacientes.
   En relación con Lamela, la querella habla de su vinculación con la
 empresa Assignia Infraestructuras, una empresa que "participa en la 
unión temporal de empresas (UTE) que gestiona servicios del hospital del
 Tajo, licitados y adjudicados en la etapa en la que Lamela era 
consejero de Sanidad y que inauguró el hospital que ahora gestiona la 
sociedad en la que trabaja".
   De igual modo, señala que Güemes, ex consejero de Sanidad entre 
2007 y 2010, está vinculado a Unilabs, "una filial española de la 
mutliancional suiza del mismo nombre y que anunció el pasado noviembre 
la compra del 55% de la UTE, compuesta por Grupo Balaqué y Ribera 
Salud", la adjudicataria.
   "La operación se ha efectuado por valor de cinco millones de euros
 y su domicilio está en la Fundación Jiménez Díaz. Después de cerrar el 
Laboratorio Central de Análisis, y cerrar los laboratorios de los 
hospitales, se otorgó la concesión a Unilabs en la que se integró Güemes", agrega el auto.
   Güemes es miembro del consejo de administración de Unilabs. Esta 
empresa adquirió el pasado noviembre Balaguer, la empresa a la que 
originariamente la Comunidad, con Güemes de consejero de Sanidad, 
adjudicó los análisis clínicos de seis hospitales en 2009 en un concurso
 que, además, Unilabs perdió.
   En la querella se detalla cómo entre 2004 y 2007 se licitan y 
aborda la construcción de ocho nuevos hospitales en la Comunidad de 
Madrid, planteándose su construcción entre 2007 y 2011 de los hospitales
 de Torrejón, Móstoles, Collado Villalba y Carabanchel.
   Prosigue explicando que para los hospitales construidos 
posteriormente, Infanta Elena de Valdemoro, Rey Juan Carlos de Móstoles,
 Torrejón y Collado Villalba, se formalizan contratos de gestión del 
servicio público que incluyen también los servicios clínicos. El plazo 
de duración de los contratos es también de treinta años. Estos 
hospitales son conocidos como hospitales con colaboración 
público-privada (CPP) en régimen de concesión administrativa.
   En este modelo de gestión, la empresa privada recibe de la 
administración pública un canon anual que se paga por adelantado 
mensualmente, por cada persona de su área de protección, a cambio de 
atender las necesidades asistenciales de su población.
   Sexmero recalca en el auto que el objeto de esta investigación 
está encaminado a "la averiguación de la realidad de las conductas 
irregulares denunciadas sólo en la medida que tengan trascendencia penal
 respecto del trasvase injustificado, masivo y sistemático de pacientes 
de la sanidad pública a la privada bajo intimidación o engaño".
   Asimismo, a investigar "la denunciada ausencia de control del 
precio por la adjudicación de los centros de Pontones y Quintana y la no
 reclamación de 1.5 millones de euros a Capio en la medida que pueda 
haber perjudicado a la Hacienda Publica".
   También se investigará "la denunciada falsedad o no de la 
facturación intercentros, las irregularidades de algunos de los 
convenios o concesiones al sector privado y en concreto a sociedades con
 accionistas opacos, la contratación de exconsejeros de Sanidad por las 
empresas concesionarias y beneficiarias de la gestión de aquellos y la 
supuesta negligencia y descontrol en el gasto público en la gestión de 
los servicios, sin perjuicio de las que pudieran derivarse de estas".
