MADRID.- La Consejería de Empleo, Turismo y Cultura de
la Comunidad de Madrid ha iniciado los trámites para declarar Bien de
Interés Cultural (BIC) en la categoría de Conjunto Histórico a la ciudad
de Colmenar de Oreja, según publica el Boletín Oficial de la Comunidad
de Madrid (BOCM).
Fuentes del departamento que dirige Ana Isabel Mariño han
explicado que hace unos días el Gobierno regional ha
incoado el expediente correspondiente, que abre un proceso
administrativo que presumiblemente finalizará en unos meses con la
declaración BIC.
La Consejería de Empleo, Turismo y Cultura considera que el casco
urbano de Colmenar de Oreja tiene "sobrados" valores históricos,
urbanísticos, arquitectónicos, etnográficos y arqueológicos que le hacen
merecedor de la máxima protección que contempla la legislación sobre
patrimonio histórico.
En concreto, ha valorado que Colmenar de Oreja es uno de los
núcleos de población históricamente más importantes del territorio que
actualmente constituye la Comunidad de Madrid. Fue durante la Edad Media
el principal núcleo de la Encomienda de Oreja; más tarde, con rango de
villa, sede del Señorío y Condado de Colmenar, y tiene concedido rango
de ciudad desde 1922.
Además, ha sido desde finales de la Edad Media hasta mediados del
siglo XIX el tercer núcleo más poblado de la región, tras Madrid y
Alcalá de Henares. "Fruto de ello es un importante conjunto de edificios
centenarios que han conservado en buena medida su fisonomía original",
destacan.
Junto con un número significativo de edificios y obras públicas de
carácter monumental, existe un importante conjunto de grandes casas de
labor de los siglos XVII, XVIII y XIX que incorporan a su arquitectura,
de elevado interés tipológico, otros elementos del patrimonio
etnográfico e industrial, como cuevas y bodegas.
Existen también construcciones autónomas de carácter industrial no
vinculadas a casas de labor, entre ellas diversas fábricas, talleres,
almazaras, hornos de tinajas y hornos de cal. El resto del casco urbano
protegido por la declaración está constituido por viviendas de
proporciones más modestas, con volumetría y composición de huecos
característica, que aportan interés ambiental al conjunto.
También es destacable, según la Comunidad, el patrimonio
arqueológico, cuyo alcance e importancia está por determinar, que debe
aportar las claves para el conocimiento histórico de los orígenes y
desarrollo de la ciudad, objeto de controversia hasta el día de hoy.
La Plaza Mayor, elemento del máximo interés arquitectónico y
urbanístico, es un amplio espacio porticado rectangular que responde a
la tipología de plaza castellana tradicional, resultado de una cuidadosa
planificación a lo largo de dos siglos.
Se trata de un conjunto de edificaciones homogéneas de sabor
popular, con soportales y galerías en todo el perímetro, que incorporan
elementos propios de arquitecturas cultas, como pilares y columnas de
estilo toscano. Las piezas más significativas de la plaza son el Pósito,
terminado en 1792 y el Ayuntamiento preexistente reformado en 1798.
Bajo el suelo del conjunto, cruza el túnel del Zacatín, construido entre
los siglos XVII y XVIII.
La Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor es el gran edificio
religioso de Colmenar, y tiene incoado expediente para su declaración
BIC desde 1982. Es una construcción gótica y renacentista realizada
entre 1515 y 1615.
El Convento de la Encarnación de Agustinas Recoletas, es otro gran
edificio religioso del conjunto histórico. Comenzado en 1639 con trazas
de Fray Lorenzo de San Nicolás, es uno de los más importantes conjuntos
conventuales que se conservan de este arquitecto.
La Ermita del Santo Cristo del Humilladero es el tercer gran
edificio religioso de la ciudad, obra del siglo XVI ampliada en el siglo
XVIII mientras que los restos del Convento Franciscano de San
Bernardino de Siena, construido a finales del siglo XVI, ocupan una
manzana completa en el sector noroeste de la ciudad.
Desamortizado en 1825, actualmente la parcela está ocupada por
viviendas, bodegas y otras industrias. Se conserva parte de la
arquitectura primitiva, naves del siglo XIX y hornos de tinajas.
La Ermita de San Roque fue construida entre los siglos XVII y
XVIII. Muy dañada en la Guerra Civil, fue reconstruida en 1957; y el
Cementerio Parroquial fue creado en 1834 y ampliado en 1907. De planta
rectangular, incorpora una galería porticada de nichos con esbeltas
columnas de fundición.
Por su parte, el Cementerio de Santa Catalina, creado en 1860 y
ampliado en 1922, es municipal desde 1987 y tiene estructura de doble
claustro porticado. También destaca el Teatro Municipal Diéguez, el
edificio civil más importante de la ciudad.
Construido sobre un antiguo hospital, sufrió sucesivas
transformaciones para adecuarlo al uso teatral. La configuración de la
sala y el escenario datan de 1901 y 1908, respectivamente. El escenario
conserva la tramoya de madera, una de las más antiguas de la Comunidad
de Madrid.
El Mercado de Abastos es un edificio construido en 1872, según el
modelo tipológico en boga en esos años y ha sido recientemente
convertido en hospedería, mientras que la Fábrica de crémor tártaro es
una interesante construcción industrial de finales del siglo XIX,
incluida en el Inventario del Patrimonio Industrial de la Comunidad de
Madrid.
La Fuente del Barranco es una construcción que recoge las aguas
que nacen en el barranco del Zacatín. Tiene un pilón cubierto por
estructura abovedada de piedra caliza con escudos de la familia
Cárdenas. Las partes fundamentales pueden fecharse en 1779.
Por otro lado, está la Fuente de los Huertos es una construcción
con galerías de captación de comienzos del siglo XVII, pilón cubierto
por estructura abovedada de piedra caliza de finales del siglo XVIII y
lavaderos del siglo XIX. El conjunto es de singular belleza.
Los Hornos de Tinajas son construcciones del mayor interés que
forman parte del patrimonio etnográfico-industrial. Se conservan seis,
recogidos en el Inventario del Patrimonio Industrial de la Comunidad de
Madrid. Su volumen exterior es un cubo con remate semiesférico.
El Puente del Pilarejo es una construcción de piedra del siglo
XVIII de un solo arco que salva la vaguada que separa el casco urbano
del cerro de Santa Catalina.
La arquitectura residencial de Colmenar de Oreja tiene gran
interés. Se trata de una arquitectura sobria, ordenada y perfectamente
adaptada a las condiciones del entorno, alejada del pintoresquismo y de
la ostentación.
Se conservan numerosas casas de labor de los siglos XVII al XX,
con tipología perfectamente identificable que incorpora variantes sobre
otros ejemplos de su área geográfica. Las puertas suelen tener un
cuidadoso tratamiento del zócalo, jambas y dintel, donde se combina la
piedra y la madera.
La composición exterior de las fachadas es siempre ordenada y de
uniformidad inusual, a pesar de no haber existido ordenanzas. Los patios
principales suelen tener soportales en uno o varios lados con columnas
de piedra, madera o fundición, y solanas o galerías de madera. Bajo las
casas, es habitual la existencia de cuevas-bodega de dimensiones
generosas.
Desde el punto de vista paisajístico, la ciudad ofrece una
interesante silueta, en especial en sus bordes meridionales hacia el
valle del Tajo, contando con magníficas vistas desde el Cristo del
Humilladero y cerro de Santa Catalina.
¿También El Rastro?
El portavoz municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime
Lissavetzky, ha pedido este domingo que el Rastro de Madrid sea
declarado Bien de Interés Cultural (BIC), un reconocimiento que no sólo
"dejaría constancia" de que este lugar funciona en la capital desde el
siglo XVII, sino que además daría seguridad para que "no se pueda
tocar".
Lissavetzky, que se ha reunido con diferentes asociaciones de
vecinos y de comerciantes, ha anunciado que el grupo socialista
desarrollará iniciativas en el Ayuntamiento para "atender sus
peticiones", especialmente en lo referente a la ocupación de los puestos
que en la actualidad se encuentran vacíos con "criterios de
transparencia" y atendiendo a la "situación social" de los solicitantes.
Acompañado por los ediles del PSOE Marisa de Ybarra, Gabriel
Calles y Marcos Sanz, responsables del distrito Centro que llevan temas
de Economía y de Urbanismo, respectivamente, el portavoz socialista
también ha señalado que el reconocimiento como BIC debería ser la
"antesala" para solicitar a la UNESCO que El Rastro sea declarado
patrimonio inmaterial de la Humanidad.
De este modo, Lissavetzky ha indicado que El Rastro "merece esta
distinción internacional" por formar parte de la "historia y tradición"
de la ciudad, y que con ella se contribuiría a su "protección y
conocimiento".
Asimismo, el concejal del PSOE ha propuesto que su visita se
incluya dentro de los itinerarios culturales y turísticos del
Ayuntamiento.