MADRID.- El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha
revelado que el exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández
Ordóñez le remitió un correo electrónico en el que aconsejaba la
nacionalización de Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de
Bankia, justo un día después de que Rodrigo Rato presentara su dimisión
al frente del banco.
Así lo desvela De Guindos en su declaración escrita remitida al
juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que investiga la fusión y
salida a Bolsa de Bankia.
En concreto, el titular de Economía se refiere a la recomendación
de Ordóñez de convertir de forma "voluntaria" las participaciones
preferentes suscritas por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria
(FROB) en la matriz de Bankia, por importe de 4.465 millones de euros.
El correo, que contaba con un "documento adjunto" y fue remitido
el 8 de mayo de 2012, ha sido aportado al juez del caso Bankia junto a
la declaración escrita de De Guindos, según han informado fuentes jurídicas. Las fuentes precisan que este escrito ha sido
remitido por el ministro a Andreu "a lo largo de esta mañana".
De Guindos también revela que el antecesor de Luis María Linde le
indicaba que la Dirección General de Supervisión había comunicado ya a
BFA la "conveniencia" de que su consejo aprobara dicha petición de
conversión voluntaria "esa misma semana", que concluía el 13 de mayo.
Fernández Ordóñez dijo ante el juez de la Audiencia Nacional que
el organismo regulador planeaba restarle competencias al expresidente de
Bankia Rodrigo Rato, cuando el Ministerio de Economía, dirigido por
Luis de Guindos, le quitó "totalmente el control" de la situación.
"El Ministerio de Economía no solicitó ningún plan concreto. Nunca
se presentó un plan de BFA-Bankia para su aprobación a Economía",
enfatiza el ministro, quien no obstante afirma que el departamento que
dirige "no es un mero observador" de lo que acaece en las entidades de
crédito.
En este sentido, aboga por una "colaboración estrecha" entre el
Banco de España y Economía, al tiempo que garantiza que el Gobierno
"tenía y tiene" la obligación de conocer "en todo momento" la situación
por la que atraviesa Bankia, más aún tras recibir fondos públicos de
4.465 millones a través de los préstamos concedidos a la matriz en
participaciones preferentes convertibles y que se canjearon por acciones
de la entidad en junio pasado.
El ministro además pone de manifiesto el carácter sistémico de
Bankia, al tratarse por aquel momento de la cuarta entidad de España.
"Cualquier duda sobre la solvencia afectaría a todo el sistema
financiero, y, en definitiva, a la estabilidad económica, como
posteriormente se comprobó", explica.
Por ello, avisa de que Economía hubiera incurrido en una "grave
irresponsabilidad" y "dejación de sus funciones" si no hubiera seguido
de cerca la situación de BFA-Bankia. Y defiende la labor del actual
Gobierno para evitar que episodios como el del banco ahora nacionalizado
vuelvan a repetirse, como con la creación de un marco de actuación que
establece una distribución de funciones de supervisión que quedan bajo
el Banco de España y las de reestructuración o resolución bajo el ámbito
de actuación del FROB.
De Guindos recuerda la preocupación que mostraban todos los
organismos internacionales ante la situación de "alarma" que se estaba
generando, y que llegaba desde el FMI, el BCE, la CE, el Eurgogrupo y el
G-20, lo que, a su juicio, denotaba la necesidad de actuar de "forma
rápida, transparente y contundente" para devolver la confianza en el
sector financiero español.
En este punto, el titular de Economía incluso reconoce que la
realidad de los problemas de Bankia era de una magnitud "incluso
superior a la prevista". Y entre estos "más relevantes" sitúa la
peculiaridad de Banco de Valencia, que era filial de la entidad en el
momento de su salida a Bolsa en julio de 2011 y que el 21 de noviembre
de ese año tuvo que ser intervenida por el Banco de España.
Además, asegura que la situación del banco ahora nacionalizado era
"más compleja" que la contemplada en el plan presentado para cumplir
con en el primer decreto sobre provisiones del Gobierno, y admite que su
solución requería "necesariamente ir más allá".
"La magnitud del riesgo
inmobiliario al que hacía frente Bankia era, con diferencia, la mayor
del sistema financiero español", indica.
Dentro de varias reuniones entre las autoridades, De Guindos
desvela que Rato le visitó en "numerosas" ocasiones durante el mes de
abril, en las cuales el expresidente de Bankia le presentó diversas
operaciones de fusión, como la planteada con CaixaBank. Y asegura que al
final de ese mes Rato le comentó que una de ellas estaba prácticamente
finalizada, en alusión a Liberbank. "Aunque a los pocos días me confirmó
(Rato) que la operación se había frustrado", aclara.
Tras las frustradas conversaciones de Rato para fusionar Bankia,
el ministro asegura que el expresidente del banco ahora nacionalizado le
transmitió su intención de corregir las "debilidades" en materia de
gobierno corporativo de la entidad, la valoración de activos y nuevas
necesidades de recapitalización.
En este último punto, Rato le indicó que solicitaría dinero
adicional al FROB a parte de los 4.465 millones ya concedidos para
asegurar la viabilidad futura de Bankia como entidad independiente. "En
ningún momento solicité la salida de Rato", sentencia De Guindos en el
escrito de su declaración, en la que sí que reconoce una "preocupación
común" de los organismos internacionales y de los analistas financieros
sobre la estructura de gobierno corporativo de Bankia.
El titular de Economía asegura que conoció la decisión de Rato de
dimitir el mismo día que se hizo oficial, el 7 de mayo de 2012, por una
llamada que le hizo personalmente esa mañana. "Desconozco las razones
que le motivaron a presentar su dimisión", subraya, para después
garantizar que Economía no pidió al nuevo presidente, José Ignacio
Goirigolzarri, "ninguna reformulación" de las cuentas de Bankia.
Tres días antes de la dimisión de Rato, De Guindos desvela que se
reunió con el propio Rato, con los presidentes de Caixabank, Isidro
Fainé, de Santander, Emilio Botín, y de BBVA, Francisco González.
Eso sí, enmarca estas conversaciones celebradas los días 4 y 6 de
mayo del pasado año, en los "contacto habituales" para analizar el
sector, la perspectivas de crédito y proyecciones de la economía en
general, entre otras cuestiones.