MADRID.- La Sociedad Española de Acústica (SEA) ha desmentido la conocida afirmación "gratuita" de que Madrid es la segunda ciudad más ruidosa del mundo tras Japón.
   Tal y como explica Placido Perera Melero, miembro de la SEA, en el  último número de la revista de la Sociedad, la declaración de que los  ciudadanos de la capital española soportaban los niveles más altos de  contaminación acústica tras la capital japonesa proceden de un informe  de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Europeo (OCDE) de  1991.
   Perera, que ha trabajado durante años en el Servicio encargado del  control de la contaminación acústica de la ciudad de Madrid, ha  señalado que durante años los datos le "demostraban que dicha  manifestación no se ajustaba a la realidad". 
   En ese sentido, ha señalado que ese informe de la OCDE, "tan  famoso como desconocido", fue encargado por dicha institución para hacer  una valoración de la calidad acústica de las ciudades. 
"Con escasos  datos de unos pocos países, no todos ellos obtenidos por procedimientos  directamente comparables, llega a la conclusión de que España es el país  más ruidoso después de Japón", ha indicado.
   Con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido,  ha querido exponer los datos reales y los estudios comparativos  realizados en su momento, "que demuestran que entonces la famosa  expresión no se ajustaba en absoluto a la realidad". 
"Prometo que será  la última explicación; uno ya es muy mayor y está cansado de nadar a  contra corriente", ha indicado el miembro de la SEA.
   Como primer punto, ha destacado que en los años 90 no existía  norma ni limitación alguna a nivel nacional o europeo que estableciera a  partir de qué límites se debía considerar que existe un problema de  contaminación acústica, ni una graduación de dicha contaminación, cuando  esta existiera. Tampoco existían procedimientos homologados para la  medición y evaluación de la contaminación acústica. 
   "Los pocos países que se preocupaban en obtener datos sobre este  tipo de contaminación tenían sus propios procedimientos que hacían muy  difícil poder realizar estudios comparativos, al utilizar incluso  índices de valoración distintos", ha añadido Perera.
   No obstante existían dos recomendaciones en el ámbito  internacional que, de forma genérica, se venían aplicando a los niveles  acústicos urbanos. La de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que  establecía como valores guía a partir de los cuales se debe considerar  como contaminación acústica un nivel sonoro de 55 decibelios, en período  de día y 45, en período de noche; mientras que la de OCDE, que  establecía el límite en 65 decibelios L Aeq 24 horas.
   "Si se estudian con un mínimo de detenimiento ambas  recomendaciones, se comprueba una notable incongruencia entre ellos. Si  tomamos como periodos día y noche los tradicionalmente establecidos y  aplicando los límites establecidos para ambos períodos por la OMS a cada  uno de dichos períodos, se obtiene como valor del L Aeq 24 horas 53  decibelios, frente a los 65 de la recomendación de la OCDE, es decir 12  de diferencia, lo que al tratarse de magnitudes logarítmicas es un  diferencia espectacular", ha indicado el experto de la SEA.
   Además, cree que de ambas recomendaciones, la de la OCDE siempre  ha sido considerada como la más apropiada para evaluar problemas de  contaminación acústica ambiental urbana. 
   Por otro lado, Pereda ha recordado que en aquellas fechas sólo se  tenían datos reales de los niveles sonoros ambientales de la almendra  central de Madrid, pero en el año 1998 el Departamento de control  acústico realizó el trabajo de transformar los datos del mapa acústico  medidos en periodo día y periodo noche, a LAeq 24 horas y valoración  anual, obteniendo los siguientes resultados 66,83 decibelios de valor L  Aeq 24 horas en la almendra central de la capital. 
   "Si se concreta el estudio a la población afectada en la almendra  central se deduce que 648.787 habitantes soportan niveles superiores a  65 decibelios, 561.509 soportan niveles inferiores 65. Es decir, el  53,60 por ciento de los habitantes de la almendra central soportan  niveles superiores a 65 decibelios", ha dicho.
   Comparados estos datos con los proporcionados por el informe de la  OCDE del año 1979, el porcentaje de población afectado a niveles  superiores a 65 decibelios en los distintos países (no solo en sus  capitales) era de un 47 por ciento en Francia, el 50 por ciento de  Inglaterra, el 68 por ciento en Bélgica, el 72 por ciento en Alemania y  el 74 por ciento en España.
   A la vista de esta información, la ciudad de Madrid con su 53,60  por ciento de población de la almendra central afectada por niveles  sonoros ambientales superiores a 65 decibelios se encontraría situada  entre Inglaterra y Bélgica.  
   "Es razonable deducir que Londres, Bruselas y París serán algo más  ruidosas que el global del país. Si a eso añadimos que, igualmente en  la almendra central, la zona más antigua de Madrid, los niveles sonoros  ambientales deben de ser algo superiores a los existentes en el resto de  la ciudad, podemos concluir que los ciudadanos de Madrid soportan  niveles sonoros ambientales muy similares a los de grandes ciudades de  Europa, sean o no mediterráneas", ha argumentado.
   Pereda ha recordado que todas estas conclusiones fueron  ratificadas por los especialista europeos en acústica ambiental  asistentes a la Reunión de Expertos Internacionales para el intercambio  de experiencias en el Control de la Contaminación Acústica, celebrada en  Madrid en el mes de Noviembre de 1999. Por todo ello, cree desmontada  "la falsa leyenda" de que Madrid es la ciudad más ruidosa del mundo  después de Tokio y de que España es el país más ruidoso tras Japón. 
   "Con todo lo indicado no quiero decir que Madrid no tenga  problemas de contaminación acústica, que los tiene, lo cierto es que  tiene los mismos problemas o muy similares a las ciudades de  características similares en su entorno europeo", concluye en su  artículo.

