
Frases
huecas y sin contenido real han invadido la noble e imprescindible
ciencia de la "Economía". La estructura económica de un país necesita de
profesionales, no solamente bien formados, sino dotados de ingenio,
ideas realistas y visión de futuro. Los hay, pero debe practicarse
"economía política", abandonando la práctica de una "política económica
personalizada". Se necesitan políticos al servicio del crecimiento del
consumo, de la creatividad diferenciada, de la protección y estímulo de
la competitividad, del ahorro privado, de un sistema financiero saneado y
al servicio del mercado, no al de la inversión improcedente e
incontrolada, sometida a las turbulencias y a la inestabilidad. La banca
tradicional existió, y es importante recuperarla.
La política
somete a la economía, y elige con frecuencia, asesores que conocedores
del pasado se empeñan en aplicar soluciones tradicionales a las crisis,
obviando las causas que las provocaron y los cambios radicales que
impone la globalización y la avidez de enriquecimiento rápido e
inestable.
La nueva terminología genérica e imprecisa, carente de
soluciones eficaces, es exclusivamente una solemne cortina de humo que
oculta la incapacidad creativa y el pernicioso paso de tiempo estéril.
Se acuñan frases y conceptos que repiten los medios y que son
generalmente aceptados, por ejemplo: " reformas estructurales", "se
llevarán a cabo recortes", "el presupuesto obedece a un objetivo", "es
necesaria la consolidación fiscal", "hemos establecido la hoja de ruta",
etc. etc.. Estas frases surrealistas, merecen explicar su contenido,
finalidad y aplicación y qué resultados justificados se obtendrán.
¿Acaso es posible la consolidación fiscal manteniendo la desunión
política y la
descentralización económica?.
Pero toda crítica,
siempre fácil, no es válida si no va acompañada de soluciones viables y
con factor de sostenibilidad. Para cumplir con las recomendaciones de
la Comisión Europea y por la necesidad imperiosa y urgente de reactivar
la economía real, solo posible por la vía de los empresarios,
emprendedores e investigadores, expongamos propuestas de colaboración y
apoyo como base de lanzamiento; si bien, no debemos olvidar que toda Ley
debe promulgarse si contiene viabilidad y eficacia, si se eliminan
personalismos y emociones, y si se posee capacidad de escuchar a quienes
cuentan con experiencia probada en cada uno de los sectores económicos
de la geografía nacional.
El Ministerio de Economía está
preparando un programa de impulso a la reactivación, que debió
emprenderse en el segundo semestre del 2008, o al menos en paralelo a la
aplicación de los llamados "recortes", iniciados en la legislatura
anterior e intensificados en la actual. El proyecto que abarca 43 nuevas
leyes, estimamos que contiene siete esenciales destinadas al impulso
empresarial: plan de emprendedores, programa de unidad de mercado,
Agencia Estatal para la investigación, Consejo Asesor de ciencia,
tecnología e innovación, Reforma de las Cámaras de Comercio, Apoyo a la
internacionalización y creación del Cesex.
Merece
destacar la "Ley de mercado único" que la Secretaría de Estado de
Comercio del Ministerio de Economía tiene prácticamente terminada. Su
aplicación requiere derogar normativas en vigor, tanto estatales, como
autonómicas y locales (dolorosas para algunos de ellos, pero
necesarias); la unidad de mercado nacional facilitará la constitución y
puesta en marcha de negocios, que hasta ahora dificultaban y retrasaban
su apertura, ya que España era la menos ágil de la Unión Europea. El
objetivo de garantizar la libre circulación de cualquier producto y su
acercamiento al consumidor sin ser obstaculizado por la diversidad de
normativas regionales, es prioritaria y urgente; y supone un acierto de
innovación legislativa que resolverá importantes problemas a las
empresas.
El fomento a la exportación, era otro de los objetivos a
poner al servicio de las empresas, cuya nueva entidad se llamará SECEX
(Agencia de Internacionalización), en la que esperamos se incluyan en su
organigrama los Agregados Comerciales de todas nuestras embajadas en el
exterior. A estos departamentos deberá dotárseles del equipamiento
necesario para poner al servicio de la expansión internacional, los
estudios de mercado y la gestión indispensable para una colaboración
eficaz.
El esfuerzo, la creatividad, la innovación, y la
investigación, tan necesarios para la competitividad y la
internacionalización, han de ampararse en su correspondiente patente,
registro o marca, pero el plagio y la usurpación son hechos que se dan
con demasiada frecuencia por falsos emprendedores sin escrúpulos. Esta
mala práctica debe ser perseguida y castigada enérgicamente, porque es
simple y llanamente una apropiación indebida. Es necesario establecer
tribunales especializados y rápidos, pues en la mayoría de los casos las
sentencias llegan tarde y en muchos de ellos los daños causados son
irreparables.
Todo emprendedor necesita de asesoramiento y ayuda,
especialmente los nuevos autónomos y pequeños emprendedores. Esperemos
que en la nueva ley " Plan de emprendedores " , que se espera entre en
vigor en el primer trimestre del 2013, se incluya la solución a este
problema. Una de las soluciones pudiera ser la constitución de Comités
de Asistencia y Asesoramiento, integrados en las Cámaras de Comercio
(puesto que son entidades de derecho público), que periódicamente se
reunieran para cubrir la función mencionada al principio de este
apartado. En cada Comité debían integrarse, al menos: un miembro del
Colegio de Economistas, un empresario de probada y amplia experiencia,
un representante de la Secretaría de Estado de Comercio y uno de
Industria. Todos ellos deben poseer criterio de equidad, capacidad de
escuchar y convencimiento de ayuda.
Un estímulo indispensable, ya
practicado en otros países, es la exención fiscal integral durante los
dos primeros años en la implantación de nuevas pequeñas empresas y
autónomos, obligándoles a incorporar todos sus trabajadores de los
incluidos en la lista del paro. Terminado este espacio de exención
volverán al régimen fiscal normal y a la cotización laboral.
Todos
debemos unirnos para que el programa de reformas se consolide con la
máxima urgencia, y trabajemos sin descanso por la prosperidad y la
consolidación de lo que es verdaderamente el estado de bienestar: una
sanidad, una educación y unas pensiones dignas y acordes con la creación
de riqueza.
(*) Economista y empresario