MADRID.- Vecinos del madrileño Parque de las Avenidas
han criticado que desde hace unas semanas un grupo de limpiaparabrisas
callejeros amedrentan a los conductores a los que piden dinero por este
servicio, "e incluso llegan a golpear los coches".
"Si no les das dinero te salpican. Además, como es un barrio
pequeño, toman represalias porque se quedan con los modelos de los
coches y arrancan los limpia parabrisas y rallan los vehículos", ha
relatado una residente en el barrio.
Además, ha criticado que la Policía "sólo les pide los
papeles" por lo que estos individuos, de origen gitano rumano en su
mayoría, continúan con su actitud con impunidad.
"Como nuestro barrio tiene un parque y un puente grande, se
llaman unos a otros, son más de una decena. Son una autentica mafia, se
reparten los semaforos y tareas: uno pide, otro limpia los parabrisas,
etcétera", ha señalado la vecina, que ha pedido ayuda para acabar con
esta situación.
Los conductores que circulan por la Gran Vía y el Paseo de la
Castellana son otras víctimas de este tipo de limpiaparabrisas
pedigüeños. Cerca de una treintena se aposta ante los semáforos de
Cuzco, Nuevos Ministerios y Colón.
Los conductores se quejan de que comienzan a limpiarles las
lunas sin pedir permiso o, incluso, negando repetidamente que lo hagan.
Después de su labor piden insistentemente una propina y, si los
conductores no acceden, se muestran agresivos o, en ocasiones, golpean
los coches, según relatan algunos de los afectados.
Pero no sólo son los conductores los que sufren este tipo de
mendicidad, sino que, cuando los semáforos cambian a verde, estos
individuos aprovechan para pedir dinero insistentemente a los peatones
que esperan en el paso de cebra. "Son muy pesados y te persiguen a toda
prisa, aunque algunos vayan con muletas, para dar pena", ha señalado
otro vecino.
En este eje financiero madrileño también abundan los
limpiaparabrisas de origen gitano rumano. Al caer la tarde, se reúnen
para merendar en una chocolatería cercana a Plaza de Castilla o debajo
del Puente de Nuevos Ministerios. Muchos pertenecen a la misma familia.
Además de los limpiaparabrisas, el mismo grupo se reparte,
dependiendo el día, otras funciones. Hay vendedores de pañuelos, otros
pidiendo monedas a los turistas apoyados por muletas fingiendo lesión y
otros, los más mayores, verdaderamente discapacitados o enfermos,
sentados en medio de la calle con un cartel pidiendo dinero.
De hecho, la pasada semana, agentes de la Policía Nacional y
de la Policía Municipal de Madrid detuvieron a ocho personas y
desarticularon una red que obligaba a discapacitados a ejercer la
mendicidad en las calles de Madrid.
En esta operación han sido liberadas
diez personas con diferentes minusvalías que fueron seleccionadas en
Rumanía y trasladadas a España con falsas promesas de trabajo y
asistencia sanitaria para obligarles a mendigar.
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