lunes, 25 de junio de 2018

¿Están locos los cristianos? / Guillermo Herrera *

Toda la vida había asociado el cristianismo con lo que yo conocí: la dictadura, el miedo, la culpa, los rituales místicos, las procesiones de estatuas, o los frailes malvados que retrata “El nombre de la rosa” de Umberto Eco, etc. Claro que aquello sólo era una caricatura siniestra del cristianismo. Por el contrario veía al paganismo como sinónimo de libertad, del Renacimiento de los clásicos y de los ideales ilustrados de la revolución francesa.

Luego fui cavilando a lo largo de los años, y comencé a atar cabos. Me di cuenta que el cristianismo es la religión más manipulada del mundo, (todas lo están) especialmente por los herederos del imperio romano, y que lo que conocemos de él no tiene casi nada que ver con las enseñanzas originales del Maestro. Los evangelios apócrifos, el estudio de las tradiciones gnósticas, Elaine Pagels, Juan José Benítez, Andreas Faber Kaiser, Alberto Canosa, Gerardo Amaro, Emilio Carrillo y muchos otros investigadores me abrieron los ojos, y cada uno me descubrió un aspecto que no conocía. Mi agradecimiento a todos ellos.

Luego contrasté toda esta información con mi experiencia personal interna que siempre es personal, intransferible e indemostrable. Descubrí que sólo existe una Realidad llamada ‘Baba’, el Padre Eterno, el Creador de todo lo que existe, la Fuente Original del Universo, y que todo lo demás es mentira. Entonces comencé a ver a ‘Baba’ en todas partes, en las personas, en los animales, en los vegetales, en las montañas, en el vuelo de un águila, en el canto de un pájaro, y sentí (y siento) una nostalgia muy profunda por la separación de mi Padre y un deseo irrefrenable de volver al hogar con mi familia cósmica, como en la parábola del Hijo Pródigo. No puedo describir la fuerza de este sentimiento que te encoge el alma y te convierte en bebé, pero San Juan de la Cruz lo explica mucho mejor que yo. Es como la melodía triste de la flauta de un maestro sufi.

Tras esta experiencia dejaron de tener sentido todas las imágenes religiosas, todas las ceremonias pomposas, todos los dogmas prefabricados y todas las glorias mundanas. A pesar de tanta manipulación como ha existido en los evangelios y en las tradiciones cristianas, existe un sustrato de Verdad que voy a tratar de resumir. Jesús nunca pidió que lo adoraran a él sino a su Padre. La gente adora siempre al Mensajero y olvida el mensaje. Tampoco pidió que adoraran a su Madre, que se opuso a su misión desde el principio, sin nada que reprocharle, porque todas las buenas madres no quieren que su hijo se meta en líos políticos y se cree enemigos.

“Sabemos que todos nos originamos de Dios, pero el mundo entero se haya yaciendo el poder del inicuo.” (Perdonen mi falta de memoria para los números de cada cita bíblica.) Esto quiere decir que el poder, prestigio y dinero está controlado por “Don Chamuco”. Por lo tanto nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra todos los entes oscuros que corrompen la Tierra. Además somos conscientes de que el mundo entero nos odia, porque no somos del mundo, ni bailamos al ritmo que marcan los titiriteros.

La buena, buenísima noticia, es que existe una intervención divina directa, que ha llegado una legión de ángeles buenos de alto rango para encerrar a sus hermanos caídos y liberar a la Humanidad. Esta purga ya ha empezado, precisamente este mismo mes de junio, y terminará en septiembre de 2.019, según Alberto Canosa, y provocará el desmoronamiento de todas las sectas, organizaciones, logias, hermandades y camarillas oscuras que dirigen el mundo, lo que dará lugar a un cambio de sistema más justo, solidario y armonizado con el planeta. 

Tenemos todo el derecho de nacimiento a ser libres, sabios y felices, y a vivir en armonía con los animales y con la madre naturaleza, pero sobre todo a vivir en comunión permanente con nuestro Creador y en hermandad con todos los seres. La clave de todo es adorar al Creador, no a la creación.



(*) Periodista

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