MADRID.- El Partido Popular considera "clave" para lograr la mayoría absoluta  la obtención de un buen resultado en Cataluña y Andalucía y ve  prioritarias una treintena de provincias, en las que cree que puede  conseguir uno o hasta dos escaños más que en las elecciones de 2008 y  también incluye algunas en las que hace casi cuatro años el PP ganó por  muy poco.
   Según informaron hoy fuentes populares, esta  estrategia se la ha transmitido la vicesecretaria general de  Organización y Electoral Ana Mato a sus compañeros de la dirección del  partido, a quienes ha pedido especial dedicación en estas dos CCAA y  también en las más de 30 provincias donde el resultado del PP es  susceptible de mejorar.
   Uno de los objetivos del PP para lograr la mayoría absoluta es  lograr arrebatar al PSOE parte de los apoyos que tienen los socialistas  en sus dos principales graneros de votos, Andalucía y Cataluña. Dos  regiones en las que el PSOE logró casi cuatro millones de votos en las  elecciones de 2008 y un total de 61 diputados en el Congreso (36  procedían de Andalucía y 25, de Cataluña).
   Sin embargo, el número de escaños conseguido por el PP entre  ambas autonomías se elevó en 2008 a 32 escaños, casi la mitad que los  socialistas. El PP se tendrá que aplicar para superar los 7 escaños que  logró en Cataluña y los 25 de Andalucía. Algo que los populares, según  las fuentes consultadas, confían en conseguir ya que en las elecciones  generales del año 2000, cuando el PP logró la mayoría absoluta con  Aznar, obtuvieron 12 escaños en Cataluña y 28 en Andalucía.
   El PP también se ha marcado como prioritarias una treintena de  provincias en las que prevé que puede mejorar el resultado de las  últimas elecciones generales. En el caso de las andaluzas, tiene margen  para lograr al menos un escaño más por provincia en Córdoba, Jaen y  Sevilla, aunque confían también en poder mejorar resultado en Almería  (donde casi sacaron 9 puntos al PSOE en 2008) y Málaga, dos provincias  en las que el PP empató en escaños con el PSOE.
   En el caso de Cataluña, el PP tiene margen para lograr más  escaños en: Barcelona, donde obtuvo 5 diputados hace cuatro años, pero  había logrado 8 en el 2000; Tarragona, donde logró un escaño en las  últimas generales, pero había tenido dos también en 2000 y en Girona,  donde no tiene ningún diputado, pero sí lo tuvo cuando Aznar logró la  mayoría absoluta.
   En el caso de Madrid, el PP cuenta con 18 escaños en el  Congreso, frente a los 15 de los socialistas, pero no descartan  conseguir algún escaño más en la capital ya que en 2008 los populares  sacaron 10 puntos de ventaja a los socialistas (340.000 votos más) y  además tienen el precedente de 19 diputados en el 2000.
   Navarra también se ha convertido en otro de los lugares  prioritarios para los populares, ya que tras la ruptura con UPN y los  exiguos resultados de las autonómicas, el PP está tratando de recomponer  los acuerdos con Unión del Pueblo Navarro para ir conjuntamente a los  próximos comicios, también para hacer de tapón a las aspiraciones de  Bildu en esta CCAA, que podría lograr un escaño si el voto del  centro-derecha se divide.
   Y en Asturias, los populares tendrán que pelear por mantener  sus cuatro escaños, ya que entra en liza el partido de Francisco Alvarez  Cascos, que ya perjudicó al PP en las autonómicas y ha anunciado su  intención de presentarse también a las generales.
   Los resultados del PP en las últimas generales en el País  Vasco también son mejorables y por ello forman parte de las  "prioritarias". En Vizcaya se quedaron con un escaño, frente a los 2  logrados en 2004 y los 3 que habían tenido en el 2000. Lo mismo sucedió  en Guipúzcoa, donde los populares perdieron diez puntos desde el 2000 al  2008, pasando de dos a un escaño y algo parecido en Alava, donde  pasaron de dos a un escaño, perdiendo en ocho años cerca de 13 puntos.
   Las cuatro provincias gallegas también entran a formar parte  de las que aspiran a lograr más escaños para igualar los de la mayoría  absoluta de 2000. Desde entonces, el PP ha perdido uno en La Coruña,  ahora tiene 4, mientras que hace once años logró cinco; en Lugo tiene 2,  frente a los 3 que obtuvo; en Pontevedra cuenta con 3, frente a los 5  que tenía y en Orense tiene 2 frente a los 3 de hace once años.
   En Castilla y León, el PP confía en poder tener un escaño más  en Burgos, León y Salamanca; mientras que aspira en recuperar un  diputado en cada una de las tres provincias aragonesas, Huesca, Zaragoza  y Teruel.
   En Castilla La Mancha, la única provincia donde el PP tiene  margen para añadir un diputado más es Toledo, donde empata a 3 escaños  con el PSOE, aunque parte con una ventaja de 7 puntos sobre los  socialistas logrados en las últimas generales. También en Albacete ambos  partidos están empatados a dos diputados, pero la diferencia marcada en  2008 era más pequeña.
   Otro de los graneros de votos del PP por excelencia, Valencia,  también tiene algo de margen, ya que el PP logró 9 escaños, frente a 7  del PSOE, pero con once puntos de ventaja y 70.000 votos.
   Lugares donde populares y socialistas empataron en escaños,  como Las Palmas o Baleares también se encuentran entre estas provincias  con especial interés para el PP, así como La Rioja o Tenerife. En estas  dos últimos, el partido de Rajoy logró 3 diputados en cada una en el año  2000, mientras que en 2008, fueron 2, por lo que ahora, el PP espera  poder igualar aquel resultado.
  La directora de campaña también ha transmitido a sus compañeros  de partido, incluidos los directores provinciales de campaña con los  que se ha reunido esta semana, que no tienen que confiarse por los  resultados que dan las encuestas, sino que, por el contrario deben  trabajar muy duro para lograr los mejores resultados.
   De hecho, puso como ejemplo que los resultados del pasado 22  de mayo, en las elecciones municipales y autonómicas, darían al PP entre  163 y 167 escaños en el Parlamento, es decir, no es la mayoría absoluta  que persiguen los populares.
        Por ello, la dirección popular está pidiendo a todos sus  representantes provinciales y regionales que impidan la maniobra que  intenta Rubalcaba de distanciarse del Gobierno y de la gestión de  Zapatero. En este sentido, explican las fuentes consultadas, se ha  pedido a las estructuras del partido que movilicen a todos los alcaldes y  concejales y que trabajen con la idea de que el adversario no es  Rubalcaba, sino el PSOE en su conjunto. Por ello, la idea que  transmitirán es que Rubalcaba no es diferente de Zapatero.
 
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