Juegan con lo que más duele y lo que más duele es el empleo. Por eso el gobierno de Esperanza Aguirre justifica la aventura de Eurovegas
con la baza del empleo. Con más de 600.000 personas paradas en Madrid,
si alguien promete más de 200.000 puestos de trabajo, está claro que
puede haber tortas para defender tu ilusión.
Pero algo no cuadra en las cuentas. Si el dueño de Las Vegas tiene
complejos similares en América y Asia, con un total de 40.000
trabajadores, es increíble que se hable de más de 200.000 empleos en
Eurovegas.
Si el empleo ya suena a mentira, los beneficios que van a quedar en
Madrid parece que son menos de lo que nos cuesta alimentar el sueño. Al
señor Adelson, amigo personal de Aguirre, hay que
ponerle una red de cercanías y conexión con AVE y variantes que duplican
la red de carreteras y helipuertos, y vuelos privados en Cuatro Vientos
y Barajas. Y que no haya viviendas de protección oficial cerca.
Al amigo Adelson hay que garantizarle que
no haya competidores. Que no pague impuestos. Ni IBI, ni obras, ni
Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Y que puedan blanquearse
capitales.
Si no crea tantísimo empleo. Si hablamos de un paraíso fiscal que no
tributa. Si creamos una zona franca para blanquear dinero. Si tenemos
que gastarnos el dinero que no tenemos para poner alfombra a un inversor
que no va a dejar en Madrid ni dinero, ni empleo. ¿Cuál es el interés
de Eurovegas para nosotros? Alimentar uno de esos sueños en los
que nos tienen entretenidos. Para algunos un enorme pelotazo
urbanístico en el que se moverán millones de un lado para otro, dejando
en manos de unos pocos enormes beneficios especulativos.
Empleos de baja calidad, sin derechos laborales, con bajos salarios y alta precariedad.
Madrid merece algo más que convertirse en La Habana de Batista,
años 50, isla de recreo, juego y prostitución de Europa. Madrid tiene
un potencial industrial, de servicios, de turismo, de conocimiento, por
el que convendrá apostar. Pero vivimos bajo los designios de un gobierno
cuya única obsesión es el titular de prensa, el anuncio constante de
fraudes, oportunidades de negocio y empleo que nunca terminan de
concretarse.
Eurovegas es el último, por ahora, de ese tipo de anuncios.
Si no somos los elegidos, será inmediatamente sustituido por otro
proyecto insensato. Si somos los agraciados el pelotazo de anuncios será
histórico, un camino de rosas… hacia la Nada.
Madrid, ciudad de los prodigios y corte de los milagros, todo en uno.
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