jueves, 15 de marzo de 2018

La muerte de un senegalés provoca disturbios en el barrio de Lavapiés de Madrid


MADRID.- Un joven mantero ha muerto esta tarde de un paro cardíaco durante un control policial contra el 'top manta' en el barrio de Lavapiés de Madrid, según han informado fuentes policiales.

Mdaye N., senegalés de unos 35 años, ha fallecido sobre las cinco de la tarde cuando intentaba escapar de la Policía.
Según ha relatado una vecina de la zona que conocía a la víctima, dos manteros corrían delante de dos policías municipales en moto y uno de ellos se ha desplomado a la altura del número 10 de la calle del Oso. Los dos agentes han comenzado a reanimarle, tarea que han continuado sin éxito sanitarios del Samur-Protección Civil, que al final solo han podido confirmar la muerte.
Tras el suceso decenas de personas, entre las que se encontraba el compañero del mantero fallecido, se han concentrado en el lugar en protesta contra la presión policial que existe en la zona contra los vendedores ambulantes.
Un grupo de más de medio centenar de personas ha quemado contenedores y causado desperfectos en el mobiliario urbano en el madrileño barrio de Lavapiés tras la muerte este jueves de un mantero de 35 años y origen subsahariano a causa de una parada cardiorrespiratoria.
Una convocatoria espontánea ante esta muerte en circunstancias todavía por aclarar ha reunido en la tarde de este jueves a más de medio centenar de compañeros del fallecido.
Una veintena de ellos ha comenzado a quemar contenedores en la zona de la calle del Oso, que une la calle Embajadores con la calle del Mesón de Paredes. 
Ha sido necesaria la intervención de los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid para apagar los pequeños conatos de incendio. 
También han arrancado papeleras y causado desperfectos en el mobiliario urbano, así como en diversos vehículos y motocicletas. Ante la posibilidad de incidentes, los comercios de la concurrida calle ubicada en la zona céntrica de la capital han cerrado al público de manera preventiva.
La zona estaba siendo vigilada por varios furgones de la Policía Nacional, con los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), los conocidos como 'antidisturbios', ataviados con los cascos por si era necesaria su intervención, y la citada vía cerrada al tráfico.
Los congregados les han increpado al grito de «asesinos» y «cobardes» y se han vivido momentos de tensión. Haciendo acopio de piedras recogidas en los escombros de una obra cercana, les han amenazado con ellas.

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