MADRID.- Hace días que defendió su hoja de ruta en lo que respecta a Cristina Cifuentes y al escándalo sobre su máster, y, por el momento, ha logrado que se imponga su opción. María Dolores de Cospedal,
ministra de Defensa y secretaria general del PP, ha marcado la
estrategia a seguir, tras pasar el PP por una suerte de limbo en lo que a
Cifuentes se refiere, según Público.
Concretamente, después de que ésta se
atrincherase en la Presidencia de la Comunidad de Madrid, condicionase
su dimisión a que así se lo exigiese Mariano Rajoy, y después de
que el líder del Ejecutivo y del partido hiciera lo que mejor sabe
hacer: dar patada hacia adelante, aguantar la presión y ganar tiempo,
manteniéndola en soporte vital. "Tengo el apoyo de mi presidente", esgrime hoy Cifuentes, aferrándose a su cargo, mientras el PP pone al máximo el ventilador y señala a la oposición.
La número tres del PP, que este martes volvía a expresar su respaldo a la presidenta de Madrid -"La sigo apoyando"-, lograba acallar a quienes, entre los suyos, defienden que Cifuentes debe dimitir de inmediato, para
no dañar más al partido. Hace ya varios días, una parte del PP daba por
hecho que caería de forma inmediata, y hoy mantienen que su permanencia
en el cargo es insostenible.
"Cerremos filas frente a las malas artes"; "Tenemos que defender lo nuestro y a los nuestros". Estas dos frases, totalmente vigentes hoy, fueron pronunciadas por Cospedal en la inauguración de la Convención Nacional del PP, en Sevilla, hace apenas diez días; entonces, distintos miembros del Ejecutivo y del partido aún no habían marcado distancias con la presidenta madrileña, Rajoy no se había mostrado gélido desde Argentina, para después pasar dos días en silencio, y no habían aflorado las últimas irregularidades sobre su máster de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).
Cospedal va ganando, de momento. Con todo, y sin
lograr convencer a parte de su partido, Cospedal regala algo de tiempo a
Cifuentes, pero ni siquiera la número dos del PP puede borrar la fecha
del 7 de mayo del horizonte.
Antes, la Asamblea de Madrid deberá debatir y votar la moción de censura del PSOE, con Ángel Gabilondo como candidato a reemplazar a a la actual presidenta.
Si Cifuentes no ha tirado la toalla antes, o si Cs no
cambia de rumbo, el PP perderá el Gobierno que ha defendido con celo
durante los últimos 23 años, la joya de la corona a nivel autonómico.
Y, pese a que hace una semana no era el caso, hoy los conservadores
insisten en mirar a Ciudadanos, y en posponer la decisión sobre el
futuro de Cifuentes.
Por otro lado, fuentes de la dirección del partido
conservador inciden en que la posición actual del PP obedece a una
estrategia de presión a Ciudadanos, y en que aún hay tiempo para que ésta dé sus frutos. También aseguran a Público que estarían dispuestos a llevarla "hasta el final".
Esto es: hasta que Cs decidiese ceder, y por tanto
hiciese fracasar la moción de censura del PSOE, o hasta perder el
Ejecutivo regional, a apenas un año de las próximas elecciones
autonómicas y municipales, y con la sombra de Ciudadanos acechando a los
conservadores, según todas las encuestas.
La semana pasada, el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, desautorizó a Cifuentes y tomó las riendas de las conversaciones con Ciudadanos, para intentar descabalgarles de su posición.
Entonces, el número tres del PP afirmó que las siglas de su formación
"están por encima de las personas", y dejó claro que no se plantean
perder la Puerta del Sol."Nosotros no somos Ciudadanos, que son un
partido de oposición. Nosotros somos un partido de Gobierno", sostuvo el
coordinador general de los conservadores.
Esta semana, Maíllo prefería poner el foco sobre Ciudadanos, y afirmaba, en entrevista con Antena 3, que en el partido naranja no tienen claro que dejar caer a Cifuentes sea lo que más les conviene. "El votante de Ciudadanos es más del PP que el PP", apuntan otras fuentes de la formación conservadora, dando por hecho que Cs se verá seriamente afectado, si finalmente respalda la moción del PSOE, junto a Podemos.
Las mismas fuentes inciden también en que el partido
de Albert Rivera va a a verse perjudicado por el "órdago" lanzado a
Cifuentes. En última instancia, muestran su satisfacción porque la
secretaria general haya logrado imponer su estrategia: "El PP es Mariano Rajoy y Cospedal", sentencian.
Sin embargo, estas fuentes dejan fuera de la ecuación a Maillo y a los vicesecretarios: Y, si el primero se ha mostrado contundente con Cifuentes, aunque hoy prefiera poner el foco en otra parte, Javier Maroto, Pablo Casado y Andrea Levy siguen mostrándose muy cautos,.
El primero afirmó este martes que la carta de Cifuentes fue "un acierto", para después lanzar una clara advertencia: "Todos los políticos que mientan o roben se tienen que ir a casa y pagar la pena por ello Todos sin excepción, sean de mi sigla o de otra", asever´ó Maroto.
El segundo ha dejado en evidencia a Cifuentes con las explicaciones sobre su propio máster,
así como con varias frases que evidencian cuán distintas han sido las
reacciones de ambos dirigentes del PP cuando la lupa mediática se ha
posado en sus respectivos currículums. "Si no se tiene nada que ocultar no hay problema", fue una de las frases de Casado durante la polémica. Él fue el primero en respaldar a la presidenta de Madrid, pero hoy escatima en elogios y en gestos de apoyo.
En última instancia, Levy repetía este lunes la idea que ya vertió la semana pasada sobre Cifuentes: "Sería muy decepcionante que no se hubiera dicho la verdad".
En declaraciones en Más Vale Tarde, de La
Sexta, la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP reconocía que,
de demostrarse que Cifuentes ha mentido, "sería una razón para que ya no
fuera política". Cospedal ha ganado la primera batalla, pero hasta el 7 de mayo aún quedan otras tantas por librar.
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