lunes, 30 de abril de 2018

La crisis y las prohibiciones reducen a su mínimo histórico los festejos taurinos en España

MADRID.- Los festejos taurinos que se celebran en España caen un 60% desde el año 2007. Diez provincias han dejado de celebrarlos. El 9,5% de los españoles declara haber ido a los toros: el 40% dice no tener ningún interés en la materia y un 20%, que no entiende la fiesta.

¿Qué tienen en común Gerona, Lérida, Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Tarragona y Ceuta? Ninguna de estas provincias celebra festejo taurino alguno. Al menos no lo hacen desde el año 2011, cuando el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte comenzó a elaborar las estadísticas de asuntos taurinos con datos desagregados a nivel provincial. A este listado se sumaron un año más tarde, en 2012, Barcelona y Orense. Y en 2016, el último del que se ofrecen datos oficiales, tampoco se organizaron eventos relacionados con la tauromaquia ni en La Coruña ni en Lugo.

En total son una decena las provincias que han dicho adiós a este tipo de festejos en los últimos siete años. Ni ha habido corridas de toros o corridas mixtas con rejones, ni becerradas, ni festivales (lidia de reses despuntadas), ni novilladas, ni rejoneo, ni toreo cómico, ni festejos mixtos (espectáculos que incluyen al menos dos de los mencionados anteriormente). Estas son todas las categorías que contempla la estadística estatal y en todas ellas, para las provincias citadas, el dato es el mismo: cero.

La despedida a la tauromaquia en estos puntos geográficos, sumado al descenso generalizado de los espectáculos taurinos en el resto del país, ha provocado una caída de más del 60% de los festejos taurinos desde el 2007. En aquel año se celebraron 3.651 y en 2016 bajaron hasta los 1.598.

Esto supone que, mientras en el año 2007 tuvieron lugar más de 10 festejos taurinos al día, en 2016 solo fueron cuatro. La mayoría, 386, fueron corridas de toros; seguidas de novilladas sin picadores (262), festivales (215) y novilladas con picadores (200).

El secretario de la asociación Unión de Toreros (UT), Iñigo Fraile, achaca el descenso a la crisis económica. En este sentido, aclara que "el descenso se debe, principalmente a que se celebran menos festejos fuera de feria, que eran mucho más numerosos en épocas de bonanza".

De las 52 provincias que existen en España, diez han roto su relación con la tauromaquia. De las 42 restantes, dos son las que concentra la mayor parte de los festejos taurinos: Madrid con 251 y Toledo con 128. Entre ambas representan el 24% del total de espectáculos taurinos celebrados en España. 

Junto a Salamanca (92), Ávila (82) y Cuenca (79) aglutinan casi el 80% de todos los festejos del país. Castilla La Mancha y Castilla y León se posicionan como las dos comunidades autónomas en las que más eventos de este tipo se celebran. A nivel autonómico les siguen Andalucía, Madrid y Extremadura. La distribución se ha mantenido inalterable desde que existen estadísticas oficiales.

En plena caída de los festejos taurinos, el Gobierno aprobó la Ley para la regulación de la tauromaquia como patrimonio cultural en el año 2013. Sin embargo, en el preámbulo del propio texto legislativo se matiza el apoyo social a la decisión estatal en los siguientes términos: "La sociedad española es muy diversa y dentro de esa diversidad encontramos grandes aficionados y a su vez muchos ciudadanos que han manifestado su preocupación por el trato que reciben los animales durante los espectáculos taurinos".

Uno de los efectos inmediatos que tuvo la entrada en vigor de esta norma fue la inclusión de los festejos taurino en las encuestas de hábitos y prácticas culturales en España, que realiza cada cuatro años el Ministerio de Educación Cultura y Deporte. La primera, y hasta el momento única, en la que aparece esta materia corresponde a la serie 2014-2015 (en noviembre se publicará la nueva). 

En ella se constata el escaso público que respalda estos eventos, pues solo el 9,5% de los encuestados dijeron haber acudido a un espectáculo taurino en el último año. Para Fraile no se trata, ni mucho menos, de un dato preocupante. "Creo que es un porcentaje positivo tratándose de una actividad de ocio y teniendo en cuenta que son estas actividades las que primero se reducen en épocas de crisis", comenta.

En la encuesta también llama la atención que 2 de cada 10 personas que sí presenciaron un espectáculo de este tipo reconocieron haberlo hecho con entrada gratuita. Una información a la que el secretario de UT no da mucha credibilidad.

Frente al 9,5% que sí asistió a festejos taurinos, hay un 90,5% que no lo hizo. Entre los motivos que exponen para no hacerlo, el 40% adujo no tener interés alguno en la materia y el 20% que, directamente, no lo entendía.

El apoyo gubernamental es una de los argumentos que explican el crecimiento del número de escuelas taurinas y de profesionales mientras se produce un descenso generalizado de los festejos en todo el país. En el caso de las escuelas se percibe un notable incremento a partir del año 2013, cuando se aprueba la Ley para la regulación de la tauromaquia como patrimonio cultural y el Plan PENTAURO que incluye, entre otras medidas, apoyar la capacitación de profesionales taurinos. 

Una causalidad que admite Iñigo Fraile, secretario de la asociación Unión de Toreros (UT), quien añade otro motivo: "Ha habido un fomento de las escuelas taurinas, pero creo que el aumento también se debe vincular a la organización de clases prácticas. Resultan más baratas de organizar que un festejo en sí mismo en el que puedan practicar y enfrentarse a un escenario real los jóvenes que se inician".

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