MADRID.- Saltan las alarmas definitivamente. El crecimiento exponencial de la oferta turística no reglada
(conocida comúnmente como pisos turísticos en plataformas tales como
Airbnb) en la Comunidad de Madrid ha tenido su primera consecuencia
directa en plena temporada alta. La Asociación Empresarial Hotelera
Madrileña (AEHM) advierte de que el próximo puente de mayo, el de San Isidro, que empieza ya este fin de semana, será malo. Y lo será porque en estos momentos las reservas apenas llegan al 70%,
10 puntos menos de lo esperado y muy lejos de rozar el 90% que se
podría esperar de una fecha tradicionalmente buena para el turismo en la
capital española, lo que constata un comportamiento anómalo en esta plaza, según avanza hoy El Confidencial.
El 'pinchazo' de los establecimientos hoteleros tiene una causa principal: el "crecimiento desproporcionado" de las viviendas de alquiler de uso turístico (VUT).
Los datos hablan por sí solos y confirman una nueva realidad
preocupante para el sector. En los últimos dos años (de 2015 a 2017), esta oferta ha aumentado un 168%,
frente al 2% observado en los establecimientos reglados.
La secretaria
general de la AEHM, Mar de Miguel, insiste en que "cada vez es más
evidente que hay que poner freno a la situación actual" que "perjudica
gravemente la presión turística en la ciudad".
Y es que en tan solo un
año, las pernoctaciones en viviendas de alquiler turístico ilegales se
incrementaron un 33%, frente al 6% de las registradas en hoteles.
Unos niveles de crecimiento que, a ojos de la asociación, suponen una clara situación "de competencia desleal" por
el desequilibrio que provoca, consecuencia fundamentalmente de la falta
de regulación. Pero no solo. Más allá de la pura actividad económica,
los hoteleros madrileños alertan ya del riesgo que este fenómeno puede tener para la ciudad, del que hasta ahora se salvaba: están en peligro la calidad del servicio de alojamiento, la seguridad del turista y la convivencia en la ciudad.
La AEHM insiste en que una de las ventajas competitivas de Madrid
frente a otras ciudades (europeas y también nacionales, como es el caso
de Barcelona) era la menor saturación del destino.
Sin embargo, este incremento de la oferta no reglada "ya está provocando problemas de convivencia con
la población local, poniendo en riesgo la sostenibilidad de la
actividad turística en el destino", asegura la asociación en su último
informe publicado hace semanas y que lleva por título 'Análisis
estratégico de los riesgos y escenarios de futuro del sector turístico y
de hospedaje de la Comunidad de Madrid'.
En él advierten de la
necesidad de tomar medidas de forma inminente, o los problemas "se agravarán".
El
rechazo de los vecinos hacia este tipo de alojamiento, "y su evidente
descontento en diferentes barrios de la capital", continúa el informe,
se traduce en dos cuestiones con incidencia directa en los distritos: el
comportamiento del llamado turismo de baja calidad (ruidos, problemas de seguridad, excesos en los propios edificios) y, sobre todo, el brutal aumento de precios en los alquileres.
En concreto, los hoteleros hablan de aumento de alquiler y no renovación de los contratos,
ya que muchos propietarios optan ya por el alquiler turístico, porque
obtienen una mayor rentabilidad evidente: logran en menos de una semana
el importe total de una mensualidad.
Precisamente el Ayuntamiento de Madrid
se ha pronunciado al respecto y reconoce su preocupación ante la falta
de regulación del sector, poniendo el acento en las consecuencias que
puede tener para Madrid un turismo masivo y de baja calidad.
La
Concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible que dirige José Manuel Calvo
insiste en que las demás administraciones con competencias, sobre todo
la comunidad, deben mover ficha de manera inminente para legislar y que haya una regulación.
Por el momento, el área ya está actuando contra aquellas unidades de alojamiento turístico que podrían estar ejerciendo esta actividad sin permiso y que han sido denunciadas por las asociaciones vecinales: en los últimos meses, ha intervenido más de 60 viviendas.
Desde el consistorio recuerdan que su margen de maniobra es escaso y la alcaldía ya anunció hace meses una de las medidas que pretendía poner en marcha: limitar el alquiler de una vivienda privada a 90 días y, a partir de ahí, considerarlo turismo profesionalizado, exigiendo
la licencia pertinente vía ordenanza.
Una cuestión que los hoteleros
valoraron positivamente por ser la primera iniciativa pública y sobre la
que el Gobierno autonómico puso el grito en el cielo, entendiendo que
se excedía de las competencias municipales. Entretanto, la comunidad ultima un decreto específico para pisos turísticos.
La AEHM mira también al Gobierno central, que es el que tiene competencias para tomar medidas de índole fiscal y
de seguridad, insistiendo en que "legisle de forma precisa para
establecer un sistema de control de las plataformas que comercializan
las VUT".
La secretaria general asegura que el sector no está en contra
de esta nueva modalidad de negocio, "pero sí de la competencia desleal
y del trato discriminatorio que se viene dando al hotelero por los
altos niveles de exigencia a que se ve sometido para poder ejercer su
actividad".
Más allá del efecto devastador que
el fenómeno de la vivienda turística está teniendo sobre los hoteleros,
el informe de la AEHM pone de manifiesto otros conceptos que también
han puesto en alerta al sector. Y es que, en cuanto a la ralentización
de la demanda, la Comunidad de Madrid se vio afectada en mayor medida que
la media del conjunto nacional en el año 2016 en lo que a número de
turistas alojados en establecimientos hoteleros se refiere.
En este
ejercicio, la demanda se incrementó un 2,9%, tasa que contrasta con el
crecimiento interanual de años anteriores (un 8,5% en 2015 y un 11,8% en
2014). El frenazo del crecimiento de la demanda responde especialmente,
según explica, al mercado nacional, que mostró una evolución
prácticamente plana (un 0,5%).
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