MADRID.- La dirección federal del PSOE tuvo claro que Ángel Gabilondo debía
presentar una moción de censura para derribar a Cristina Cifuentes casi
desde que estalló el escándalo del máster. Ya desde una semana antes del
Pleno en el que la presidenta de Madrid dio sus explicaciones, Pedro Sánchez estaba convencido de que el PSOE debía presentar la moción
con un doble objetivo: conseguir que Gabilondo se consolidara como
alternativa al PP frente a un Ciudadanos que sólo es "el recambio" de
los 'populares' y hacer que C's se retrate apoyando o 'salvando' al PP de
Madrid, aunque fuera cambiando a la presidenta, según El Mundo.
Sin embargo, ni Ángel Gabilondo ni el secretario general del PSOE de
Madrid, José Manuel Franco, lo veían tan claro en ese momento. Fuentes
socialistas explican que en las reuniones que mantuvieron Sánchez, la
vicesecretaria general, Adriana Lastra y el secretario de Organización
federal, José Luis Ábalos, con Gabilondo y Franco, los dirigentes madrileños siempre fueron los menos proclives a presentar la moción.
De hecho, el ex ministro de Educación insistió en que los socialistas debían esperar a escuchar las explicaciones de Cifuentes y luego tomar la decisión definitiva. Sánchez, sin embargo, pensaba que el hecho de que la presidenta madrileña no pudiera demostrar que había hecho el máster y su largo silencio inicial eran pruebas de que mentía, como todos consideran que quedó demostrado después.
Tras el Pleno de la Asamblea de Madrid en el que Cifuentes no aportó ni una prueba de que decía la verdad, según los socialistas, nadie tuvo ya dudas: el PSOE no tenía otra alternativa que presentar la moción de censura. De hecho, en aquel Pleno Gabilondo fue muy poco duro contra Cifuentes porque "su objetivo no era derribar a la presidenta", explican desde el PSOE madrileño, sino "darle la oportunidad de que se explicara". Los socialistas, tras aquella comparecencia y la rueda de prensa posterior de Cifuentes, dieron por probada la mentira y decidieron de forma unánime registrar la moción.
De hecho, el ex ministro de Educación insistió en que los socialistas debían esperar a escuchar las explicaciones de Cifuentes y luego tomar la decisión definitiva. Sánchez, sin embargo, pensaba que el hecho de que la presidenta madrileña no pudiera demostrar que había hecho el máster y su largo silencio inicial eran pruebas de que mentía, como todos consideran que quedó demostrado después.
Tras el Pleno de la Asamblea de Madrid en el que Cifuentes no aportó ni una prueba de que decía la verdad, según los socialistas, nadie tuvo ya dudas: el PSOE no tenía otra alternativa que presentar la moción de censura. De hecho, en aquel Pleno Gabilondo fue muy poco duro contra Cifuentes porque "su objetivo no era derribar a la presidenta", explican desde el PSOE madrileño, sino "darle la oportunidad de que se explicara". Los socialistas, tras aquella comparecencia y la rueda de prensa posterior de Cifuentes, dieron por probada la mentira y decidieron de forma unánime registrar la moción.
Pedro Sánchez cree que el 'caso Cifuentes' está permitiendo visualizar que el PSOE es "la alternativa" al PP,
mientras Ciudadanos sólo puede jugar a salvar al partido de Mariano
Rajoy al sustituir a la presidenta regional por otro dirigente
'popular'. En Ferraz consideran que después de los casos de corrupción
protagonizados por Esperanza Aguirre, Ignacio González, Francisco
Granados o, ahora, por Cifuentes, Madrid no necesita a otro presidente
regional del mismo PP, sino un cambio total con la investidura de un
candidato como Gabilondo.
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