MADRID.- Mariano Rajoy descartó ayer pedir en este momento la dimisión de la
presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, por las irregularidades de su
máster. “No existe ninguna razón para romper un acuerdo que se está cumpliendo”,
dijo el líder sobre el pacto de investidura que une a PP y Ciudadanos.
Rajoy espera contener así el duro debate interno que ha provocado en su
formación la posibilidad de perder Madrid por primera vez en 23 años.
Con las elecciones de 2019 en el horizonte, el PP se ha dividido entre
los que quieren sostener a Cifuentes —aun a costa de ceder el Gobierno
tras una moción de censura— y los que priorizan mantener el poder, publica hoy El País.
Rajoy se escudó ayer en los currículums falseados de otros políticos —y en especial en el del líder del PSOE de Madrid, José Manuel Franco— para aventurar que el resto de partidos no están siendo coherentes al pedir la dimisión de Cifuentes.
“Consejos vendo que para mí no tengo”, sentenció el presidente con el
refranero español. “No entiendo la posición de Ciudadanos”, siguió. “La
presidenta de Madrid ha dado sus explicaciones”, añadió, en lo que su
equipo interpretó como un primer paso para pedirle a Albert Rivera que
no de su imprescindible apoyo a la moción de censura contra Cifuentes
que une a PSOE y Podemos. Un posicionamiento público que también buscó
acallar el duro debate interno del PP.
A un año escaso de las elecciones de 2019, y con la amenaza de una
moción de censura en el horizonte, la perspectiva de perder el gobierno
ha dividido al partido en dos. A un lado, la secretaria general, María
Dolores de Cospedal, defiende la continuidad de Cifuentes y recuerda que
Ciudadanos ya ha tumbado a los líderes de dos de los cinco gobiernos
del PP —Pedro Sanz en La Rioja y Pedro Antonio Sánchez en Murcia—. Al
otro, dirigentes importantes piden aplicar la táctica que siempre ha
recetado Rajoy: mantener el poder por encima de todo.
“De abajo hacia arriba hay un movimiento, un run-rún, que le dice a
Génova: hasta aquí hemos llegado con las presiones de Ciudadanos”,
describió un diputado autonómico del PP de Madrid. “La cuestión es:
¿somos capaces de asumir ese hasta aquí, perdiendo la Comunidad de
Madrid si Ciudadanos vota a favor de la moción?”, se preguntó. “En al
partido hay una parte emocional que piensa que si Ciudadanos vota la
moción de censura nos da discurso durante todo un año para llegar a las
elecciones diciendo que están con el PSOE y con Podemos”, añadió. “Y esa
parte está enfrentada a otra más racional, que no quiere asumir el
riesgo, y que cree que a las elecciones hay que llegar desde el
Gobierno”.
Ese último sector ya apunta los nombres con los que el PP podría
sustituir a Cifuentes para convencer a Ciudadanos de que no apoye la
moción. La continuidad del partido en el poder pasaría por reemplazar a
la presidenta durante unos meses por un diputado autonómico de su máxima
confianza —como su segundo; Ángel Garrido; el consejero de medio
ambiente, Pedro Rollán; o el portavoz parlamentario, Enrique Ossorio— o
por un representante regional con experiencia previa en el gobierno
—como Jesús Fermosel o Regina Plañiol—. De imponerse este sector, el PP
tendría que buscar a un candidato del máximo prestigio para 2019. Con el
vicesecretario Pablo Casado bajo los focos por la polémica sobre los títulos de posgrado que lista en su currículo,
todos los ojos se girarían hacia los ministros del Gobierno y la
búsqueda de un independiente con tirón. Pero esa reflexión sobre la
candidatura no ha comenzado. La crisis del máster aún se conjuga en
presente.
“Si Cifuentes cae, tendremos que repensar la estrategia electoral”,
reconoció un dirigente sobre la cita de 2019. “Ella podía ir a las
elecciones con el aval de la gestión y con una cara reconocible”,
siguió. “Pero la gente empatiza mucho con lo del máster, porque todo el
mundo sabe lo que es sacrificar tiempo y dinero para estudiar o que lo
hagan sus hijos”, apuntó. “Por eso me parece que su retirada electoral
es evidente”.
El horizonte de 2019
“Pero hay otros elementos importantes”, matizó otra persona de la
confianza de Rajoy. “¿Puede Ciudadanos asumir darle esa presidencia al
PSOE?. Ahora el asunto tiene menos virulencia. Y han salido casos de
todos los partidos”.
“Si a la primera de cambio le entregamos la cabeza de Cifuentes, eso
nos debilita y engorda a Ciudadanos”, opinó un dirigente territorial.
“Hay que esperar a la investigación judicial y universitaria para tomar
una decisión”.
Ante la división de opiniones, todo queda en manos de Rajoy. “Y
cuando uno no sabe qué hacer, lo mejor es esperar”, le dijo al
presidente uno de sus barones el pasado fin de semana. Un consejo tan a
la medida del presidente que este lo ha seguido a rajatabla.
El líder confiaba en que la investigación de la Conferencia de
rectores le diera los elementos de juicio suficientes para tomar una
decisión. Tras ver que eso no ocurría —y con el 7 de mayo como límite
máximo para votar la moción de censura— el PP quiere forzar la foto de
la alianza entre Ciudadanos, el PSOE y Podemos. Un elemento más para el
desgaste entre las dos formaciones de centro derecha, que son
encarnizadas rivales electorales. Solo entonces, con la votación en
ciernes, se conocerá la decisión final de Rajoy sobre Cifuentes.
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