viernes, 7 de diciembre de 2012

Clausuradas las dos escombreras más grandes de la región

MADRID.- La Comunidad de Madrid y la Guardia Civil, en un operativo conjunto, han clausurado en la Cañada Real Galiana las dos mayores escombreras ilegales de residuos de construcción y demolición (RCD) que existían en la región.

   Este operativo se enmarca en el convenio de colaboración y coordinación entre el Ministerio del Interior y la Comunidad de Madrid para la protección medioambiental de la región, ha informado el Gobierno regional en un comunicado.
   Las investigaciones efectuadas por los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y los agentes ambientales de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio permitieron constatar cómo en la zona de la Cañada Real se asentaban dos empresas que a pesar de haber sido denunciadas en varias ocasiones continuaban con su actividad ilegal, recibiendo a los transportistas en el interior de una nave, donde se les permitía dejar los escombros, que tras el correspondiente cobro eran almacenados.
   Cuando se quedaban sin espacio físico, y después de recuperar aquellas fracciones de residuos que tienen más valor (metal, madera) sacaban los escombros fuera mediante camiones, actividad que realizaban durante la noche, deshaciéndose de los residuos en distintos puntos próximos y adyacentes a la Cañada Real.
   De forma paralela al cierre, la Guardia Civil ha intensificado su presencia en la zona para controlar e impedir que los camiones que lleguen hasta allí con los residuos puedan verter en dichas instalaciones o en zonas próximas.
   Por su parte, la Comunidad de Madrid ha iniciado una campaña de inspección a través de los agentes ambientales para controlar la producción de estos residuos de construcción y demolición en las mismas obras. Se van a inspeccionar las grandes obras con el fin de controlar que el productor de los residuos los gestiona adecuadamente, y a la vez concienciarle de su responsabilidad en el destino final de los mismos.
   El productor de RCD en estos casos debe tener un plan de gestión y debe conocer dónde tienen su destino final, en cumplimiento de la normativa, responsabilizándose de ello.
   Desde el año 2007 hasta la actualidad, la Comunidad de Madrid ha efectuado más de 580 inspecciones relacionadas con la gestión de los residuos de construcción y demolición (RCD). El 72% de estas actuaciones estaban planificadas en los Programas de Inspección Ambiental de la Comunidad, de carácter anual, mientras que el resto de inspecciones estuvieron motivadas por denuncias.
   Además de las labores propias de los cuerpos de inspección ambiental de la Comunidad, en la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, que dirige Borja Sarasola, se recibe un gran volumen de denuncias en materia de RCD formuladas por las policías locales y por el Seprona de la Guardia Civil, ha informado la Consejería.
   Como consecuencia de ello, en este periodo se han tramitado una media anual de unos 380 expedientes sancionadores por infracciones relacionadas con la mala gestión de esos residuos. Entre ellos, destacan por su magnitud los procedimientos sancionadores iniciados contra vertederos e instalaciones ilegales de recuperación de RCD.
   Se han dictado 13 órdenes de suspensión inmediata de la actividad en otros tantos vertederos e instalaciones ilegales, y se han resuelto 40 expedientes sancionadores con multas cuya cuantía está comprendida entre 25.000 y 600.000 euros.
   La cantidad total impuesta en concepto de multa en los procedimientos resueltos contra vertederos e instalaciones ilegales de RCD es de 4,7 millones de euros. El resto de expedientes sancionadores se corresponde con vertidos de RCD de menor magnitud y con el transporte ilegal de dichos residuos.
   Pese a las enormes dificultades que entraña perseguir los vertidos ilegales por su carácter clandestino, desde la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio se han llevado a cabo diferentes actuaciones para reducir esta mala praxis, dañina para el medio pese a tratarse de residuos no peligrosos. Además, impide el aprovechamiento de los recursos contenidos en los recursos y perjudica a las plantas de reciclado autorizadas por la Consejería por ejercer una competencia desleal.
   En la región existen 13 instalaciones dedicadas en exclusividad al reciclaje y la eliminación de residuos procedentes de la construcción y demolición, cuatro de ellos de iniciativa pública situados en Navalcarnero, El Molar, Moralzarzal y Arganda del Rey. Situados en distintos puntos de la Comunidad para abarcar toda su geografía de manera más ágil, la capacidad total de tratamiento de las citadas instalaciones asciende a casi 6 millones de toneladas al año. Por su parte, la capacidad de depósito llega hasta los 25,5 millones de metros cúbicos.
   Todo ello se complementa con otros 14 centros autorizados, de iniciativa tanto pública como privada, que tienen como función el almacenamiento y la clasificación de los residuos generados en las labores de la construcción y la demolición para facilitar su posterior reciclaje. Así pues, en la Comunidad de Madrid hay un total de 27 instalaciones autorizadas para el almacenamiento, la clasificación, el reciclaje o, cuando lo anterior no es posible, la eliminación de este tipo de material.
   A todas estas acciones de vigilancia, inspección y control hay que sumar el esfuerzo de la Comunidad de Madrid para recuperar los espacios que antes estuvieron destinados al vertido de este tipo de residuos. Así, desde el año 2006 el Gobierno regional ha clausurado y restaurado 74 vertederos de residuos inertes, con una inversión en torno a los 10 millones de euros, destinada a integrar estos puntos en su entorno y a mejorar los equipamientos dotacionales.

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