MADRID.- Ha quedado fuera de foco en la crisis abierta en la
Universidad Rey Juan Carlos (URJC) a raíz de que salieran a la luz las
irregularidades del máster de la presidenta madrileña, Cristina
Cifuentes. Pero fue durante su mandato como rector cuando pasó todo, a juicio de eldiario.es.
El
actual magistrado del Tribunal Constitucional Pedro González-Trevijano
estuvo al frente de la universidad 11 años, de 2002 a 2013, un periodo
en el que la universidad creció –había nacido en 1996– y consolidó su
oferta académica creando además una extensa red de colaboradores y
profesores muy vinculados a la política y, en concreto, al PP.
Licenciado y doctor en Derecho por la Universidad Complutense de
Madrid, la vinculación de González-Trevijano con los populares se
remonta a sus años de estudiante, cuando coincidió con Gustavo Villapalos,
que entonces comenzaba su etapa como joven profesor, que luego se
convertiría en decano y rector de la Complutense y que, finalmente, fue
elegido como consejero de Educación y Cultura por Alberto
Ruiz-Gallardón.
Villapalos, amigo a su vez de la propia Cifuentes, fue
el creador de la URJC que, en sus inicios, vivió periodos convulsos
–tuvo cuatro rectores en cuatro años– pero que consiguió cierta
estabilidad precisamente al llegar Trevijano al poder. No obstante, la
polémica le acompañó durante su mandato.
El también catedrático de Derecho Constitucional llegó
al cargo de rector en mayo de 2002 y lo renovó en las elecciones de
diciembre de 2005. Los estatutos de la URJC, aprobados en 2003,
limitaban a dos el número de mandatos. Sin embargo, Trevijano volvió a
presentarse a los comicios a rector en 2009.
Fue entonces cuando su
eterno rival, el catedrático de Estadística e Investigación Operativa
David Ríos Insúa, con quien mantendría numerosos conflictos, impugnó su candidatura.
Pero Trevijano argumentó que el reglamento se había aprobado cuando él
ya era rector, por lo que no se podía aplicar de forma retroactiva, un
aspecto que fue avalado por la Junta Electoral Central, que le permitió seguir adelante con su candidatura.
El actual rector, Javier Ramos, de la máxima confianza de Trevijano,
fue precisamente el emisario que el entonces máximo dirigente de la URJC
envió a Ríos para que retirase esa demanda que había presentado contra
él.
"Tú me quitas el contencioso porque me he presentado a la tercera
reelección como rector y yo a cambio, ¿qué quieres?, dinero, profesores,
departamentos, espacios...", le transmitió Ramos a Ríos. La
comprometida conversación fue grabada y este es el audio, que desveló eldiario.es.
Posteriormente Trevijano se querelló por injurias contra Ríos,
a raíz de unos comentarios anónimos vertidos en su página web, en los
que se aseguraba que el actual magistrado y miembros de su equipo
directivo se quedaban con comisiones de contratas de la universidad.
A
raíz de esa querella, un juez abrió diligencias previas en las que
solicitó a la institución educativa un "listado desglosado de datos y
sus correspondientes justificaciones" de una serie de partidas de
"gastos diversos" que ascendieron a más de 400.000 euros para poder
determinar si el comentario había incurrido efectivamente en un delito
de injurias. La universidad publicó entonces una nota aclaratoria desglosando esos gastos.
Fernando Suárez, catedrático de Historia del Derecho y de las
Instituciones que fue vicerrector y mano derecha de Trevijano, y que le
sucedería en el cargo en 2013, también tuvo un papel central en esa
guerra entre Trevijano y Ríos.
El director del departamento de
Estadística, Antonio Alonso, denunció a Suárez por haberle amenazado en
2009 con quitarle carga docente y despedir a profesores si su
departamento no retiraba el apoyo a David Ríos y se situaba a favor de
la candidatura de Trevijano. Posteriormente, en 2016, Suárez se vio
envuelto en un polémico caso de plagio que le obligó a adelantar las elecciones a rector que ganó el actual dirigente y persona de su confianza Javier Ramos.
Asimismo, Enrique Álvarez Conde,
el gran responsable académico del escándalo del máster, era uno de los
rivales internos de Trevijano dentro de la URJC. Con este catedrático,
al igual que con otros, el entonces rector pactó un acuerdo de paz muy
similar al que Ramos verbalizó en la antes citada grabación: paz a
cambio de profesores, presupuesto, recursos... Una de las consecuencias
de esa paz entre ambos académicos y sus respectivos partidarios fue la
puesta en marcha del Instituto de Derecho Público donde Cifuentes cursó
su máster. “Le dejó hacer y deshacer”, explica un profesor consultado
por este diario sobre el papel de Álvarez Conde en el polémico
instituto. Esta política clientelar de González Trevijano dentro de la
universidad explica también la abundancia de contratos ilegales de
profesores visitantes o la enorme cantidad de familiares de otros
docentes en la URJC.
En la etapa de Trevijano entraron en la universidad contactos políticos
e incluso a familiares de cargos del PP. Entre ellos se encuentran
Isabel Ruiz-Gallardón García de la Rasilla, prima del exministro y
presidente de la Comunidad de Madrid cuando se creó la universidad;
Margarita Cifuentes Cuencas, hermana de la actual presidenta regional;
Isabel Mayor Bastida, sobrina del exministro Jaime Mayor Oreja; o María
del Mar Alarcón, cuñada del exnúmero dos de Esperanza Aguirre, Francisco
Granados.
Varias fuentes aseguran, además, que fue
Trevijano quien recomendó ante Cristina Cifuentes a Rafael van Grieken
como consejero de Educación. Van Grieken también es catedrático de la
URJC y es alguien de la confianza de Trevijano desde sus años como
rector. Bajo su mandato, Van Grieken fue vicerrector de Investigación de
la URJC.
Desde ahí, Trevijano lo promocionó con la llegada del PP a un
puesto relevante: la dirección de la ANECA, el organismo que valida los
títulos oficiales del Ministerio de Educación, como el que obtuvo
Cristina Cifuentes. Más tarde, con la llegada de Cifuentes a la
presidencia de Madrid, Rafael van Grieken se convirtió en el consejero
de Educación de la Comunidad de Madrid.
La mujer de
Trevijano, María Teresa Martín del Peso, también trabaja en la URJC como
personal administrativo. Es amiga de Cristina Cifuentes y de Mayte
Feito, la persona que la presidenta de Madrid envió al rectorado el día
en que eldiario.es publicó su primera exclusiva, el día en que se
fabricó el acta falsa que Cifuentes usó para defenderse y,
posteriormente, pedir cárcel contra dos periodistas de eldiario.es.
Del
Peso también tiene relación con Amalia Calonge, la funcionaria que
cambió las notas de Cifuentes. Además de la mujer de Trevijano, como desveló la Cadena Ser,
también trabaja en la universidad María Teresa Martialay, esposa del
exrector Fernando Suárez. Y dos hijos de otro rector, de Rogelio Pérez
Bustamante. Asimismo, está contratado Mariano Sánchez Magdaleno, el
hermano de María Teresa Sánchez Magdaleno, la todopoderosa gerente
general de la universidad hasta su cese, en febrero.
Docentes de la URJC consultados por este diario mencionan el trato
“exquisito” que mantuvieron con Trevijano durante su mandato. Es el caso
de la catedrática de comunicación audiovisual y expresidenta de RTVE
Carmen Caffarel, o el de Manuel Villoria, catedrático de Ciencia
Política, que explica que “siempre se portó muy bien” con él y que
tuvieron una relación “cordial”.
Otros profesores que
prefieren mantener su anonimato explican que Trevijano “blindó” la
universidad “llevando a gente influyente de distintos ámbitos” y
vinculada a partidos políticos o sindicatos “tanto de izquierda como
derecha”, de forma que “todos estuvieran contentos” y él pudiera ejercer
el rectorado libremente y garantizándose que siempre se haría lo que él
quisiera.
Esto explicaría que, ante la polémica que ha generado el
máster de Cristina Cifuentes, ningún gran sindicato de la universidad se
haya aún pronunciado para denunciar las irregularidades, con la
excepción de Somos Sindicalistas URJC.
Su relación con el poder no se circunscribe, por tanto, únicamente al
PP, que en 2013 le hizo magistrado del Tribunal Constitucional. “Es muy
ambicioso y mientras era rector siempre quiso que le nombraran o bien
ministro o magistrado del Constitucional, lo que finalmente consiguió.
Pero a pesar de su cercanía al PP supo mantener ciertos espacios de
colaboración con personas de otros partidos”, señala otro profesor.
Trevijano no es un magistrado más dentro del Alto Tribunal. Su nombre ha
sonado en numerosas ocasiones como futuro presidente del TC. Fuentes
del PP lo consideran una persona clave para el partido en este tribunal.
Y es uno de los magistrados con más capacidad para llegar a acuerdos
amplios con el resto de los magistrados conservadores y también con los
progresistas. De hecho, formó parte de la Comisión de Expertos creada
por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para el futuro del Valle
de los Caídos, siendo, no obstante, contrario al traslado de los restos
de Franco que sí respaldaron los expertos progresistas.
Sus contactos llegan incluso a las más altas esferas del Estado por su
participación como subdirector del Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales en la etapa de Carmen Iglesias como directora. Como
explican trabajadores de la URJC que han conocido de cerca a Trevijano,
éste mantenía una relación de amistad con Iglesias, con quien había
coincidido en la Complutense.
Y fue ella quien le puso en contacto tanto
con el rey emérito, Juan Carlos de Borbón, como con el actual Felipe
VI, de quien fue profesora de Historia. Según explican, esa relación con
el monarca está en el origen del “poder” de Trevijano tanto en su etapa
en la universidad como ahora en el Tribunal Constitucional. Un docente
explica que el exrector “se sirvió para su objetivo de llegar al TC de
varios artículos en el ABC, en los que se dedicaba a halagar al Rey Juan
Carlos”.
Distintas fuentes explican que, durante el
mandato de Trevijano, Fernando Suárez era el “ejecutor” de sus órdenes.
“Era quien dirigía la universidad por detrás mientras Trevijano se
dedicaba más a las relaciones públicas y a la política”, apunta un
docente. Trabajadores de la URJC explican que “mientras que
González-Trevijano se codeaba tranquilamente con los reyes o con la alta
política, Suárez es un hombre más gris, más de despacho”. Señalan, a su
vez, que el actual rector, Javier Ramos, era alguien de su máxima
confianza.
Este diario se ha puesto en contacto con
Trevijano para conocer su opinión sobre el caso del máster de Cifuentes,
contrastar todas las afirmaciones realizadas por sus excolaboradores
contenidas en este artículo y preguntarle sobre los cargos y
contrataciones aquí mencionadas.
Pero el actual magistrado ha rechazado
realizar cualquier tipo de declaración. Fuentes cercanas al exrector de
la URJC han apuntado, en todo caso, que “sin prejuzgar el fondo del
asunto” relacionado con la presidenta madrileña, él, como rector, “no
tenía conocimiento” de que se hubiera matriculado en ese máster ni
Cifuentes ni ninguna otra persona.
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