MADRID.- Preuniversitarios chinos aprenden español en  la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) con el que se ha convertido  en el primer programa de inmersión lingüística de estas características  en España, donde, además de asistir a clases, se alojan con familias del  personal docente y de administración y servicios del centro para  mejorar el aprendizaje del idioma y la cultura.
   Según ha informado la universidad esta semana, el proyecto es  una iniciativa pionera, ya que aunque sí hay programas de enseñanza, no  cuentan con la característica del alojamiento en familias, que  busca  "ayudarles a conocer mejor las costumbres españolas y avanzar en  el aprendizaje del idioma".
   Los jóvenes que llegan desde China a través de este programa  tienen un mismo objetivo: cursar sus carreras en universidades  españolas. Sus gustos y personalidades son diferentes, pero para todos  ellos, recién examinados de selectividad en su país, "esta es una gran  oportunidad para aprender más sobre España, la lengua (muy distinta a la  suya), y las costumbres, la mayor dificultad que encuentran cuando  llegan aquí", han explicado.
   Luis, Estrella, Girasol, Blanca, Fernando o Mario son algunos  de los nombres que ellos mismos han "españolizado" para hacer más  sencilla la comunicación con sus familias, ante la dificultad para  pronunciar su nombre en chino, algo muy típico con los ciudadanos de  este país que vienen a España. 
   Y, precisamente "vivir con las familias hace que sea más  sencillo" para ellos aprender la cultura y el idioma. "Son muy  simpáticos con nosotros y nos tratan muy bien", ha explicado Wang Jue,  cuyo nombre español es Elena, y que ha señalado que lo que más le está  costando, además del idioma, son las costumbres y los horarios. 
   "Los horarios que son muy distintos a los que tenemos en  China, aunque la comida es mucho mejor", ha continuado la joven. Por su  parte, Hong Run Chang (Raúl para sus amigos españoles) ha dicho también  que le ha sorprendido el carácter de los españoles: "Son más cariñosos  que en China", ha apuntado.
   Antes de llegar a España, los jóvenes han cursado seis meses  de español en cursos intensivos en su país, la mayor parte en agencias  especializadas que les facilitan también el viaje. Todos los gastos,  incluidos los 300 euros mensuales que reciben las familias de la UPM que  los alojan, son cubiertos por las familias de los preuniversitarios.
   Según un sondeo preliminar de la UPM, el 60 por ciento de  estos estudiantes va a apostar por seguir en las familias hasta que  comience la universidad. Elena, que quiere estudiar Biología en Madrid,  es uno de ellos: "Quiero quedarme más tiempo con la familia porque creo  que es la mejor manera para aprender el idioma y las costumbres", ha  añadido.
   Qin Hao Ru (de nombre español Blanca) y Raúl van a optar por  un piso compartido cuando se acabe el periodo de acogida, una opción que  casi todos escogerán cuando finalicen con el programa.
   Para Ana Martínez, profesora colaboradora de español para  extranjeros en la UPM, y una de las docentes que trabaja todos los días  con estos alumnos para mejorar su manejo del idioma, la diferencia que  supone esta opción es fundamental.
        "El nivel de español mejora mucho más rápido en estos alumnos  gracias a la convivencia con las familias. Mi opinión es que, aunque  ellos siempre tienden a irse a vivir juntos porque el choque cultural es  muy grande, todos ellos deberían estar más tiempo con las familias de  la UPM antes de comenzar sus estudios", ha considerado.
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario