miércoles, 30 de enero de 2013

Coyuntura y una recuperación demasiado rápida / Ángel Tomás *

"El momento de crisis ha terminado", manifestó en Davos, Lloyd Blankfein, consejero delegado de Goldman Sachs, refiriéndose a la posible ruptura de la Eurozona que desde hace tiempo se temía por destacados economistas y reconocidos analistas; lo cual es cierto a tenor de los datos de que disponemos en este momento. Si bien se han alcanzado buenos resultados en la aplicación de determinadas medidas y cambios estructurales, quedan aun otras por acometer, que reclama con urgencia una economía real muy preocupante. Queda, por tanto, un buen tramo de cambios, ajustes y generación de riqueza que conduzcan al inaplazable crecimiento, apoyado esencialmente en la esperanza y la capacidad de reacción.

La Asociación Española de Asesores Fiscales y gestión económica (ASEFIGET), resaltaba que catorce millones de habitantes hispanos, integrados por trabajadores por cuenta propia y ajena del sector privado, sostenían un total de cuarenta y seis millones de habitantes. No olvidemos que el Estado ni genera ingresos ni está obligado a ello, solo tiene como obligación recaudar y administrar responsablemente el presupuesto, al que durante muchos años se ha desobedecido impunemente. Los casi 450.000 millones de euros del presupuesto de ingresos se obtienen de los contribuyentes, un tercio del total de habitantes, cuya carga impositiva es exagerada en función del PIB y comparativamente con la media europea.

Si bien se han obtenido logros, veamos algunos indicadores que nos muestran el camino pendiente de recorrer y de urgente acometida:

 a). La deuda del sector público supera los 850.000 millones de euros, de los que la Administración Central asume 620.000 millones, las CCAA superan los 160.000 millones, las Corporaciones locales 57.000, y la SS 26.000. IMPRESCINDIBLE SEGUIR RECORTANDO EL GASTO PÚBLICO, LAS SUBVENCIONES, LAS DUPLICIDADES Y LOS ENTES DEPENDIENTES DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS (Administración Central, CCAA y Ayuntamientos).

 b). Préstamos del BCE al sistema financiero de 400.000 millones de euros para sanear sus balances, deteriorados por una política de préstamos sin regulación ni control, sin que dichos fondos hayan ayudado a la economía real, pues su destino posterior ha sido el Sector Público. 

c). El Estado ha de hacer frente a los más de 45.000 millones de euros por intereses de la deuda soberana. 

A todo lo expuesto habría que incorporar: la deuda de las familias y la de las empresas y su coste financiero. UN ENDEUDAMIENTO TAN ALTO, NECESITA UN CRECIMIENTO DEL PIB SOSTENIDO Y CONTINUO QUE PROPICIE MAS RECAUDACIÓN, SIN CONTINUAR CON LA SUBIDA DE IMPUESTOS, QUE CON EL CONSUMO ESTABILIZADO O EN DESCENSO SOLO PUEDE GENERAR MÁS CIERRE DE EMPRESAS Y DESTRUCCIÓN DE PUESTOS DE TRABAJO. 

La deuda (cuatro veces superior al presupuesto anual de ingresos) ha de pagarse, y para ello, con independencia de lograr el crecimiento de la renta, ha de planificarse el cuadro de amortización con los mercados de manera que haga posible su puntual cumplimiento. Sin ambas cosas no se recuperará la confianza necesaria en nuestra economía, e impedirá la expansión exterior y las grandes inversiones empresariales industriales en el interior.

LA COYUNTURA ECONÓMICA GLOBAL

EEUU comienza una ligera recuperación basada en un casi saneado sector inmobiliario y un ligero crecimiento de la productividad industrial. Continúa el saneamiento del sector financiero, aun incompleto, junto a unas políticas monetarias más flexibles. El conjunto de medidas expansivas y el esfuerzo empresarial han conseguido estabilizar el descenso de la economía. La supervisión y mayor control de los balances financieros, junto a una más exhaustiva coordinación presupuestaria, han motivado la confianza y el esfuerzo de los valores. El dólar se apreciará paralelamente a que las correlaciones risk on risk off se desvanezcan.

En EUROPA, más problemática, será necesario un decidido acercamiento de la zona sur a la del norte y adoptar sistemas políticos de integridad y legitimidad, eliminando los liderazgos individualizados de política económica arriesgada que solo conducen a inestabilidad; necesitando también una mayor participación del sector privado. El euro, aún con ligera debilidad, sólo se irá recuperando desde una valoración inicial, con una mejora de la rentabilidad, la calidad y el crecimiento.

Si observamos algunos parámetros sobre el crecimiento esperado para el 2.013, comprobamos que mientras en la Eurozona, bajo presión, se estima en el - 0,3 (Alemania el 0,8, en Italia el -1 y en España el -1,5 entre otros), en EEUU el 1,7, en Japón el 1,5, en China el 7,8, en Rusia el 3,3, en India el 6, y en Brasil el 4,2. Éstos últimos tirarán de la economía mundial, y hará bien la Unión Europea en potenciar su comercio exterior hacia los países con crecimiento positivo y los emergentes, acelerando su actividad económica y mejorando su competitividad.

ALGUNAS IDEAS IMPRESCINDIBLES PARA UNA RECUPERACIÓN MÁS RÁPIDA

1.- Reformas fiscales que incluyan medidas de protección temporal para emprendedores, investigadores y reinversores de beneficios. En modo alguno supondrán las medidas propuestas una minoración de la recaudación, compensada con creces con mejores rendimientos y la disminución del paro.

2.- Olvidar los proyectos faraónicos no rentables o no preferentes, a los que los políticos son tan aficionados.

3.- Estimular y proteger las fuentes de riqueza regionales, verdadera actividad real, abandonadas por otras especulativas de ciclo corto y provocadoras de crisis profundas.

4.- Acortar el ciclo de superación de la construcción, aún en crisis, promoviendo nuevas medidas complementarias a las ya aplicadas, y reestructurando el objetivo del mal llamado "banco malo", que en modo alguno debe menoscabar la libertad de mercado.

5.- Aligerar la reestructuración del sistema financiero, que ya ha recorrido un largo camino (reducción del número de grupos bancarios de 55 a 21, sucursales, saneamiento de fondos propios, de activos inmobiliarios contingentes y deudores de dudoso cobro), y

6.-Terminar con rapidez la liberalización, unificación y simplificación de los trámites burocráticos para emprendedores.

Todo ello y otras medidas complementarias harán posible la transición al consumo normal, sin el cual de nada sirven los recortes y adelgazamiento de las Administraciones.

La promoción de la riqueza y el crecimiento de la renta son el principal objetivo a alcanzar, y solo con crecimiento de PIB superiores al 2% se producirá la reducción progresiva del altísimo nivel de paro. Sin embargo, la salida definitiva de la crisis, nuestra y de la Eurozona, solo se conseguirá con el esfuerzo colectivo globalizado, y con la unidad integral política y económica de cada uno de los países miembros.

Es preciso compatibilizar la alta morosidad (fallida o contingente) de la banca, y la posición financiera también dudosa de muchas empresas, con una nueva política de financiación, que favorezca la asignación de los recursos financieros a las empresas nacionales.

(*) Economista y empresario

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