MADRID.- Mantener el Gobierno de Madrid. Este objetivo guiará
la decisión que tome Mariano Rajoy sobre el futuro de Cristina
Cifuentes. El presidente —que gestionará la crisis tras volver hoy de
Argentina— no permitirá que una moción de censura desaloje al PP del
poder, por lo que la solución pasará seguramente por sustituir a
Cifuentes. El partido ve un contratiempo que la Conferencia de Rectores
(CRUE) frenara ayer su investigación, pues quería cargarse de razones para tomar la decisión, según publica hoy El País.
El
PP esperaba que la investigación de la CRUE, impulsada por dos
catedráticos ajenos a la Universidad Rey Juan Carlos, le permitiera
cargarse de razones para tomar una decisión, según fuentes de la
dirección nacional. Que los rectores dejaran este miércoles las
conclusiones en manos de la fiscalía supuso un contratiempo para esa
estrategia. El PP sabe que tiene que tomar una decisión antes del 7 de
mayo —la fecha más tardía para votar la moción de censura que patrocinan
el PSOE y Unidos Podemos—, aunque los dirigentes de la formación
reconocen que esta puede precipitarse antes.
“Esta manera de actuar de los profesores que tenían que
investigar y emitir un informe, o una opinión fundada, lo retrasa todo”,
señalaron fuentes de la dirección popular. Aunque la CRUE reconoció este miércoles “graves irregularidades” e “indicios racionales de delito”,
se remitió a la investigación judicial. Y como los tiempos de la
justicia serán más lentos que los de la política, el futuro de Cifuentes
queda en manos de Rajoy.
Mientras el presidente estaba de viaje oficial en Argentina,
su número tres, Fernando Martínez-Maillo, ha tomado decisiones y
reunido elementos informativos para que tome una decisión. Así, el
coordinador nacional del PP ha desautorizado a los representantes del PP
de Madrid por no aceptar las condiciones de Ciudadanos para abrir una
comisión de investigación con la que ambos partidos habrían ganado
tiempo. También ha asumido la interlocución con José Manuel Villegas, el
número dos de Ciudadanos, que decidirá con su voto si la moción de
censura contra Cifuentes tiene éxito. Finalmente, se ha comunicado a
diario con Rajoy para transmitirle que no hay vuelta atrás: la postura
de Albert Rivera obliga al PP a elegir entre apoyar a Cifuentes y perder el Gobierno o sustituirla y mantenerlo.
“Nosotros no aceptamos ni ultimátums ni fechas límites”,
dijo este miércoles Maíllo. “La única fecha límite que hay es la que
tendrá que fijar la presidenta de la Asamblea de Madrid”, añadió en
referencia a cuándo programará Paloma Adrados la votación de la moción
de censura. “El PP está siempre dispuesto a alcanzar los acuerdos
necesarios, pero siempre para garantizar la estabilidad”, siguió.
“Todavía hay muchos escenarios por ver hasta la fecha última”.
Rajoy quiere ser quien maneje los tiempos de la decisión.
¿Su estrategia? Actuar con tranquilidad, para enfriar un poco el
problema, pero también afrontarlo sin pausa y pensando en recuperar la
estabilidad del Gobierno de Madrid. Esa es la conclusión de varias
conversaciones con el entorno más directo del presidente, que advierte:
“Veinte días en política son mucho tiempo”.
Varios altos cargos relevantes de La Moncloa cercanos al
presidente aseguraron a El País que Rajoy no tiene en su agenda recibir
en breve a Cifuentes, entre otras razones porque tiene varios actos
públicos y viajes en los próximos días. Este jueves recibirá a Mohamed
bil Salman, el príncipe heredero de Arabia Saudí; el viernes hay Consejo
de Ministros y encuentro y rueda de prensa con Lars Løkke Rasmussen, el
primer ministro de Dinamarca; y el sábado un desplazamiento a Zamora
para un acto de partido. En el equipo de Rajoy argumentan, además, que
no hay tanta urgencia para recibir a Cifuentes aunque sí la cita se
produjera —algo nada descartable—, señalarían que se ha encontrado un
hueco.
Mientras tanto, en el PSOE no se llaman a engaño. Fuentes de
la dirección socialista consideran que no hay posibilidades de que
Ángel Gabilondo acabe gobernando en Madrid. Antes, aseguran, Rajoy
dejará caer a Cifuentes.
“Pero irá para largo”, apostillan desde la dirección de
Ciudadanos. Como ocurrió en Murcia, apuestan. Entonces, el PP solo
concedió la dimisión del presidente regional, Pedro Antonio Sánchez
—imputado en los casos Púnica y Auditorio— unas pocas horas antes de que se votara la moción de censura en su contra.
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