sábado, 13 de octubre de 2012

El 15M se manifiesta "cacerola en mano"

MADRID.- El 15M ha vuelto este sábado a la Puerta del Sol, lugar emblemático para el movimiento, al término de la marcha-cacerolada convocada bajo el lema 'No debemos, no pagamos', que este sábado han secundado miles de personas en Madrid para rechazar el pago de una deuda que consideran "ilegítima y odiosa".

   Así, miles de personas se han reunido una vez más, esta vez "cacerola en mano", en la céntrica plaza madrileña donde ha finalizado la manifestación convocada por el 15M para secundar la acción a nivel internacional conocida como 'Global Noise' (Ruido Global) contra la especulación financiera y a la que también se han sumado, además de Madrid, decenas de ciudades en todo el mundo.
El movimiento 15M había convocado para este sábado a las 18 horas una manifestación desde la sede de la Unión Europea, en Madrid, ubicada en el Paseo de la Castellana, en las inmediaciones de la Plaza Emilio Castelar, hasta la Puerta del Sol, pasando por Neptuno, para rechazar "cacerola en mano" el pago de la que consideran una deuda "ilegítima y odiosa".
   Bajo el lema 'No debemos, no pagamos', los indignados hicieron pacíficamente un recorrido por los principales "centros de poder" ubicados en la capital, tales como la sede de la Unión Europea, el Congreso o el Banco de España, donde querían "señalar a los culpables" de "convertirlo todo en mercancía con la que hacer negocio" y de la "especulación".
   Según explican en su web, con esta protesta desean exigir "la moratoria en el pago de la deuda hasta realizar una auditoría ciudadana", la "creación de una banca pública", el "cese inmediato de las privatizaciones y recortes", la "anulación" de la reforma laboral" así como "responsabilidades civiles y penales a los gestores políticos y económicos que han generado la deuda ilegítima".
   La protesta, que había recibido el respaldo de la Coordinadora 25S, que organizó las manifestaciones en los alrededores del Congreso, se enmarcaba dentro de una convocatoria a nivel internacional bajo el lema 'Global Noise' (Ruido Global), a la que ya se habían sumado, además de Madrid, decenas de ciudades en todo el mundo, para hacer "una cacerolada internacional".
   "Vamos a salir a la calle cacerola en mano en cientos de ciudades de todo el mundo. Dado que no nos quieren escuchar, vamos a hacer ruido para mostrar nuestra repulsa a las desigualdades y la opresión de un sistema económico injusto que pone al capital delante de las personas", defienden.
En la capital, que ha acogido la marcha más multitudinaria de las celebradas en España, los manifestantes han partido a las 18.00 horas de la sede de la Unión Europa, ubicaba en el Paseo de la Castellana a la altura de la plaza de Emilio Castelar, con dirección a la Puerta del Sol, a donde han llegado aproximadamente dos horas después, cerca de las 20.00 horas.
   Durante el transcurso de la marcha, los manifestantes han ido denunciado a su paso frente a los principales "centros de poder" ubicados en la capital, tales como la sede de la Unión Europea o el Banco de España, que la deuda es un "instrumento que tiene el sistema para esclavizar a los pueblos" y para hacer pagar a los ciudadanos "a través de recortes sociales".
Miles de personas salieron hoy, pues, a las calles de Madrid y de otras ciudades de España para denunciar el pago de lo que consideran una deuda ilegítima y odiosa.
Cacerola en mano, los manifestantes, convocados por el Movimiento 15M -bautizado así por las multitudinarias protestas del 15 de mayo de 2011- marcharon desde la sede de la Unión Europea en Madrid hasta la Puerta del Sol, sitio donde nació esta plataforma social.

Bajo el lema "No debemos, no pagamos", el 15-M o los indignados, como también se conocen, exigieron la moratoria en el pago de la deuda hasta realizar una auditoría ciudadana, la creación de una banca pública y el cese inmediato de las privatizaciones y los recortes.
Reclamaron, además, la anulación de la reforma laboral del gobierno conservador de Mariano Rajoy, que abarata y facilita el despido de los trabajadores, así como responsabilidades civiles y penales a los gestores políticos y económicos que generaron la deuda ilegítima.
  Con esta protesta, los indignados también han demandado la "creación de una banca pública", el "cese inmediato de las privatizaciones y recortes", la "anulación" de la reforma laboral" así como "responsabilidades civiles y penales a los gestores políticos y económicos que han generado la deuda ilegítima".
   "Contra los recortes, su deuda no la pagamos", "No debemos, no pagamos", "Privatizan para robar más", "Banca pública" o "14 de noviembre, huelga general internacional" son algunos de los lemas que se podían leer en las pancartas de los manifestantes, quienes además de las consignas habituales, no han cesado de golpear sus cacerolas para "hacer ruido" contra la especulación y la deuda.
Las protestas en Madrid y otras ciudades españolas se enmarcan dentro de una jornada denominada Global Noise (Ruido Global), a la que se sumaron varias urbes en todo el mundo para hacer una cacerolada internacional.
El objetivo de esta acción global es mostrar el rechazo al pago de una deuda que, consideran sus promotores, la gran parte de la ciudadanía no ha contribuido a engrosar.
En España, el 80% de ese débito es privado en manos fundamentalmente de bancos y empresas, que han obtenido suculentos beneficios especulando con la vivienda y otros productos financieros, precisaron.
Con los rescates y las ayudas a la banca ese adeudo privado se está convirtiendo en público, que pagamos todos a costa de nuestros derechos sociales y laborales, aseguraron los promotores de la iniciativa en un comunicado.
Los indignados subrayaron que existen alternativas a estas políticas económicas que no se aplican porque, según su criterio, los gobiernos, instituciones, bancos, multinacionales y grandes fortunas sólo miran por sus propios intereses, contrarios a la democracia y la ciudadanía.
El sonido de cacerolas, sartenes, cencerros y panderetas también se sintió en urbes como Barcelona, Valencia, Sevilla y Santander.

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