MADRID.- Génova negocia ya con Ciudadanos el futuro de Cristina Cifuentes
con el objetivo último de no perder el Gobierno de Madrid. La dirección
nacional tomó ayer el control de la crisis después de que los errores
del PP regional precipitaran que C's pidiera públicamente la dimisión de la presidenta madrileña, según publica hoy El Mundo.
Los populares madrileños pusieron trabas
a la constitución de la comisión de investigación sobre el máster de
Cifuentes, propuesta por C's, y el resultado fue que este partido reclamó
su salida, después de que ayer a las 12.00 horas se cumpliera el
ultimátum de 48 horas que había dado al PP: o apoyaba de «manera
explícita» la comisión o exigiría su marcha.
El paso dado por C's -que oficialmente pide su dimisión para no respaldar la moción de censura impulsada por el PSOE- obligó a intervenir a la dirección nacional del PP. La formación naranja
ha fijado un nuevo plazo, «antes de que acabe el mes de abril», para
que los populares propongan un «candidato alternativo» que ocupe la
presidencia «de forma interina» hasta 2019. Y es que la salida preferida
para los de Rivera es que se marche Cifuentes, pero siga gobernando el PP.
En los últimos días el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, y el secretario general de C's, José Manuel Villegas,
ya han mantenido contactos. Pero desde ayer, ambos son los únicos
interlocutores válidos en este tema. Los dos ya trataron el asunto ayer
antes de que Maíllo compareciera en rueda de prensa.
En la conversación
telefónica sobre las 14.00 horas, Villegas le transmitió que su posición
es inamovible: Cifuentes debe dimitir. Es más, en la dirección nacional
de C's consideran que la presidenta de Madrid está «acabada»
políticamente y sólo contemplan la «vía murciana»: que se eche a un lado
y el PP nombre un presidente interino hasta las elecciones de 2019. La
decisión de fijar el 30 de abril como fecha tope para que dimita sitúa a
la formación naranja en una camino de no retorno.
El PP, tras intentar sostener a su presidenta desde que estalló el escándalo en eldiario.es,
tiene asumido que su prioridad es mantener el Gobierno autonómico. Ayer
lo apuntó públicamente Maíllo, al manifestar que los madrileños «se
merecen que haya un Gobierno estable en Madrid». El dirigente popular
recordó que Cifuentes y el PP «ganaron las elecciones».
«Vamos a
intentar buscar un acuerdo. Están todas las opciones abiertas», afirmó.
Los populares
trataron de circunscribir ayer las negociaciones con C's al problema de
la comisión de investigación, con el propósito de contentar a este
partido y ganar algo de tiempo, pero lo que realmente se está empezando a
dirimir es el futuro de la presidenta madrileña y si hay o no opciones
de que continúe en el puesto.
Se abre ahora un proceso incierto cuyo
único final oficial es la moción de censura del PSOE. Cifuentes, en
todas sus declaraciones, ha señalado que no piensa «dimitir», una
circunstancia que complica más el episodio. La presidenta de Madrid ha
contado este fin de semana con el apoyo explícito de la secretaria
general del PP, María Dolores de Cospedal, y algo más reservado del presidente Mariano Rajoy
tras descubrirse las falsificaciones de firmas en el acta y de que el
rector de la Univeridad Rey Juan Carlos asegurara que no hay pruebas
documentales de que Cifuentes hiciera el máster.
En este
contexto de absoluta debilidad -en la Convención Nacional del PP
celebrada este fin de semana en Sevilla estaba extendida la sensación de
que Cifuentes «ha mentido»-, C's está decidido a cobrarse la cabeza
política de la presidenta madrileña y, si se cumplen los plazos,
presentarse en la Puerta del Sol el 2 de mayo, día de la Comunidad de
Madrid, como los grandes vencedores.
Porque si cae la líder del PP
lograrían dejar, a día de hoy, sin referentes a los populares
tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad. Y todo a un año de las
elecciones, donde ambos pujan por el mismo electorado de centro derecha.
Esta circunstancia, que queden 12 meses para las
autonómicas, inquieta mucho al PP, porque si se produce la salida de
Cifuentes tendría que poner un sustituto -los nombres que se barajan ya
en el PP de Madrid son Ángel Garrido o Pedro Rollán- y designar después en junio o en septiembre un candidato para la Comunidad.
Hasta ayer, en el partido se tenía asumido que Pablo Casado podría ser el cabeza de cartel a la Alcaldía, aunque en algunos núcleos no acababan de descartar a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Precisamente por ella se preguntó en las encuestas que Génova hizo en 2015, antes de sustituir a Ignacio González por Cifuentes.
Mientras
se dilucida la continuidad de la presidenta, en C's evitan pronunciarse
con claridad sobre si se sumarían a la moción de censura propuesta por
el PSOE y que cuenta con el apoyo explícito de Podemos, aunque la amenaza es clara.
Las
conversaciones sobre la comisión de investigación fracasaron ayer
después de que el PP presentara un plan de trabajo alternativo que,
según el portavoz de C's, Ignacio Aguado,
«desvirtúa» su objetivo. Entre las exigencias del Gobierno de la Puerta
del Sol estaba la comparecencia de tres cargos del PSOE, incluido Pedro Sánchez, por si estuvieran implicados en la filtración de esta noticia.
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