MADRID.- El empeño del PP en convertir la Convención Nacional de Sevilla en un "revulsivo", un "impulso" para el partido, se estrelló este miércoles contra el máster de Cristina Cifuentes.
Otra vez una polémica, un asunto controvertido, les persigue cuando
intenta recuperarse de los golpes. Hace unos años los constantes casos
de corrupción. Ahora el avance electoral de su socio, Ciudadanos.
En los próximos días, la dirección del PP y, sobre todo Mariano Rajoy,
tiene ante sí la titánica tarea de convencer a los cuadros medios del
partido, a los dirigentes a los que militantes de base se les acercan
para decirles que van a votar a Cs, de que no se desanimen, de que no
hay nada aún perdido. Da igual lo que están apuntando las encuestas. Los
populares son un partido sólido, una garantía frente a la materia líquida que es Ciudadanos y Albert Rivera. Marianismo para profanos. Para desfallecidos, califica El Mundo.
El
PP en el centro de todo. El único y verdadero protagonista. Hasta que
las dudas sobre el máster de Cifuentes han desviado la atención. Génova intentó de nuevo apagar el incendio político que rodea a la presidenta de la Comunidad de Madrid dando apoyo a las explicaciones que este miércoles ofreció en la Asamblea.
La posición oficial del partido fue que éstas habían sido
"suficientes", que había aportado "nueva documentación" y que ella se
había mostrado "contundente, convincente y sólida en su intervención".
El día había sido muy complicado para el PP, que arrastra desde hace dos semanas el peso de la polémica de Cifuentes. El Confidencial publicó este miércoles que dos firmas del acta estaban falsificadas
y el PP se quedó mudo a "la espera" de que resolviera todas las dudas
que han surgido. "Esperamos que hoy (por el miércoles) quede
completamente zanjado el tema", aseguró en un encuentro con periodistas
el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo.
Como sucedió cuando eldiario.es informó de que la presidenta madrileña había aprobado de manera irregular un máster de la Universidad Rey Juan Carlos,
Génova dejó únicamente en manos de Cifuentes la resolución del
conflicto. Primero silencio y después, una vez aportó los documentos,
apoyo.
La operativa de este miércoles fue idéntica, con la única
diferencia de que el tema ha crecido demasiado y de que el PP afronta
este fin de semana la relevante cita de la Convención Nacional. Génova
sostuvo a Cifuentes para que todo el partido la sostenga. Porque dejarla
sola en estos momentos sería acabar con ella. Pero la preocupación por
la evolución de este asunto invade a todos los ámbitos del partido.
Sobre todo porque hay derivadas abiertas: la investigación de la Universidad Rey Juan Carlos y la denuncia de las organizaciones estudiantiles ante la Fiscalía. Fuentes populares
admitían y se dolían del problema que genera de manera inmediata su
presencia en la Convención Nacional.
"Ahora, la atención se centrará en
el entusiasmo con que la saluda Rajoy, en con quién habla o no o si se
le aplaude más o menos que a otros. Con lo fácil que habría sido el
primer día presentar el Trabajo de Fin de Máster", señalan.
Con
el aval claro de Génova, al menos por el momento y desde luego durante
este fin de semana, la crisis política en Madrid abrirá en los próximos
días un nuevo capítulo con el anuncio del PSOE de que presentará la moción de censura.
Ahora, asumen en el PP, toda la presión está sobre Ciudadanos. Sin
votarla a favor o abstenerse no puede salir adelante. El aval de Génova a
Cifuentes fue muy importante aunque tal vez, incluso más, el hecho de
que Ciudadanos no pidiera su dimisión y se limitara a reclamar una
comisión de investigación.
Set ganado por la presidenta madrileña y paso a la siguiente ronda a la espera del final del partido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario