jueves, 5 de abril de 2018

Un título "adaptado" a la alumna Cristina Cifuentes

MADRID.- Cristina Cifuentes aclaró algunas dudas y dejó sin contestar otras cuantas durante su comparecencia de ayer en la Asamblea regional. Confirmó que no iba a clase y no presentó ni el título del posgrado ni el misterioso Trabajo de Fin de Máster (TFM). Sí exhibió el boletín de notas con todas las asignaturas aprobadas y el impreso de matriculación, dos documentos que ya había mostrado hace unos días aunque ahora tienen el sello oficial que prueba su autenticidad, según El Mundo.

¿Cifuentes iba a clase?

Ella misma admitió ayer que no: "Los estudios de posgrado muchas veces se adaptan a las necesidades del alumno y a sus posibilidades de horarios. Existía esa posibilidad y yo me acogí a ella. Es algo que se acuerda con los profesores y no sólo ha sido en mi caso". Aunque se exige a los alumnos acudir al 80% de las clases, también existe la figura de la dispensa para casos excepcionales. Reconoció también que se matriculó con el curso empezado y que defendió el TFM con materias pendientes.

¿Hizo el TFM?

En un documento con su firma, Cifuentes así lo asegura: "Presenté, a tales efectos, el correspondiente Trabajo Fin de Máster, relativo a El sistema de reparto competencial en materia de seguridad ciudadana". Pero nunca lo ha enseñado. Ni siquiera ayer. Sólo ha mostrado un documento en el que autoriza a la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) a hacerlo público.

¿Ayer aportó pruebas nuevas?

De los siete documentos presentados, hay dos nuevos. Uno es el texto en el que autoriza a la URJC a hacer público el TFM y otro es una carta escrita hace unos días por el catedrático Pablo Chico (el profesor de la asignatura cuya nota se cambió) en la que se responsabiliza de todo: "Al transcribir las calificaciones a la aplicación informática se cometieron varios errores humanos en las actas, debido a que el sistema llegado cierto tiempo no guarda las calificaciones introducidas quedando en su estado originario". Es verdad que se cometen errores "frecuentes", según fuentes educativas. Cifuentes esgrimió ayer decenas de correos en los que varios profesores solicitan cambios similares.

¿Y el resto de pruebas?

Fueron publicadas el 21 de marzo, aunque los papeles de ayer llevan fecha de 3 de abril (el equipo de Cifuentes los ha vuelto a pedir al campus, esta vez con sello oficial). El primero es la matrícula, que prueba que, efectivamente, se inscribió en las 12 asignaturas del máster. El segundo es el certificado de notas, que evidencia que tiene todo aprobado y que en el TFM sacó un 7,5. Ambos papeles prueban que la presidenta madrileña se matriculó en el posgrado y que lo aprobó todo, pero nada revelan de lo que pasó entre medias. Otros dos papeles esgrimidos ayer ya aportados antes son el certificado en el que consta que Cifuentes ha pagado 176,27 euros por el título (no ha mostrado el título en sí) y el correo electrónico en el que Chico solicita a la funcionaria Amalia Calonge que cambie la nota de su asignatura. Este mail, del 23 de octubre de 2014, sólo prueba que el docente ordenó un cambio de nota, pero no el motivo. Y deja en mal lugar al profesor, porque confunde el nombre del máster en el que da su clase.

¿Hay una acta falsificada?

Según El Confidencial, dos de las tres firmas que figuran en el acta de presentación del TFM fueron falsificadas después de que estallara el escándalo. Esa acta era el documento que más validez tenía de todos los presentados el día 21, porque suponía el aval de tres profesoras. Nada de todo esto se aclaró durante la sesión de ayer y Cifuentes eludió presentar este documento.

¿Por qué hay direcciones distintas?

Una de las dudas disipadas ayer fue por qué figuraba la dirección de la Delegación del Gobierno (calle Miguel Ángel 25) en la matrícula presentada el día 21, si Cifuentes aún no había sido elegida delegada. El motivo es que la matrícula se emitió a posteriori y se quedó grabada la última dirección, que no han actualizado desde entonces. En la matrícula original, con sello de 28 de diciembre de 2011, aparece la dirección personal de Cifuentes. Y aquí surge una nueva duda: ¿cómo ha podido recuperar la universidad un documento de 2011 y, a cambio, no encuentra ningún examen, ni ningún trabajo de clase, ni ningún correo entre la alumna y sus profesores?

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