MADRID.- La demanda del transporte público en Madrid se situó en 2010 en el valor más bajo desde el año 1993 en términos relativos, según el Informe sobre la Situación Económica y Social de la Comunidad de Madrid hecho público este lunes por el Consejo Económico y Social de la región (CES).
El informe explica que "el número de billetes adquiridos en 2010 fue de 1.488 millones, un 2,42 por ciento menos que en 2009", lo que a su vez supuso la cifra más reducida desde el año 2000.
Pero el CES explica que, dado el crecimiento de la población, "la utilización relativa se redujo significativamente hasta los 230 billetes por habitante, acentuando la tendencia decreciente observada desde 2001 y situándose, de hecho, en el valor más bajo desde 1993".
De este modo, los niveles se sitúan, según explica el CES, "en cifras similares a las registradas con anterioridad a la prolongación de la red durante las sucesivas etapas de ampliación abordadas a lo largo de la última década y media por los gobiernos regionales".
La mayor contención en la demanda tuvo lugar en los autobuses interurbanos, al caer el 3,6 por ciento el número de billetes con respecto al año 2009; y en la red de Metro, al bajar un 3,3 por ciento. Fue en cambio más "moderada" en Cercanías (-1,3 por ciento) y, en especial, en los autobuses urbanos, donde se redujo un 0,8 por ciento.
"La razón de la menor demanda parece encontrarse en una contención general en el número de desplazamientos realizados en modo de transporte mecanizado", según expone el Informe del CES, que apunta que este punto puede explicarse atendiendo al "deterioro de la situación económica y la destrucción de empleo".
"También parece razonable pensar que, fruto de la coyuntura económica recesiva, se reduzca el número de desplazamientos no recurrentes por otros motivos (compras, ocio, etc.) dentro de un proceso de contención del gasto doméstico", añade.
En cuanto a los precios del transporte, el CES indica que "en 2010 se registró un importante repunte relativo de los precios de los transportes, que llegaron a crecer de media anual un 7,21 por ciento, superando ampliamente el encarecimiento general de los bienes y servicios que componen la cesta de la compra de los hogares madrileños (1,85 por ciento)".
El CES explica que "la razón de esta inflexión alcista viene explicada por la inflación de combustibles y carburantes" o la subida de los precios de los servicios de mantenimientos y reparaciones.
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