MADRID.- El Ministerio  de Defensa trabaja en un plan 
especial de infraestructuras para estudiar qué patrimonio necesitan las 
Fuerzas Armadas, de cuál sería posible deshacerse y cuál se puede 
"gestionar mejor", con participación incluso privada, para "generar 
ingresos" e inversiones adaptadas al futuro.
  "Queremos identificar los inmuebles de los que prescindir y 
buscar fórmulas para convertir esos fondos potenciales en mayor 
inversión para las Fuerzas Armadas", ha dicho el secretario de Estado de
 Defensa, Pedro Argüelles, en un desayuno del Club Diálogos para la 
Democracia.
   Argüelles ha hecho un repaso de la situación de la Defensa en 
un escenario de recesión económica y restricciones presupuestarias para 
su departamento. Ha explicado que un grupo de oficiales de los tres 
Cuarteles Generales trabajan en este plan, que revisa el patrimonio que 
los Ejércitos han ido acumulando, porque tienen "un largo poso de 
historia", y que "a lo mejor hoy no se ajusta a sus necesidades".
   El encargo a este grupo de trabajo es que "sin prejuicios 
puedan analizar fríamente el tipo de infraestructura que requiere la 
Defensa y las Fuerzas Armadas para cumplir su misión. Otros países lo 
han hecho y han encontrado cosas sorprendentes", ha agregado.
   De ese plan puede surgir la recomendación de vender patrimonio
 y también mejorar la gestión. "Soy partidario de la colaboración con lo
 privado para gestionar algunos bienes de defensa y que genere valor 
añadido para ambas partes. Se trata de una gestión nueva para una 
situación económica novedosa", ha argumentado el secretario de Estado.
   Pedro Argülles ha querido subrayar que no se trata de 
deshacerse de patrimonio de las Fuerzas Armadas para pagar gastos 
corrientes, sino de lograr fondos para invertir en su futuro, lograr 
ingresos "de infraestructuras no adecuadas para el momento actual" y 
transformarlas en "infraestructuras útiles".
   El secretario de Estado ha enmarcado este plan en el trabajo 
del Ministerio para reducir costes y corregir "ineficiencias", de manera
 que se amortigüen las rebajas presupuestarias actuales. Sin embargo, ha
 advertido de la necesidad de pensar también en el futuro, a través de 
una programación presupuestaria que dé "estabilidad". 
"Las Fuerzas 
Armadas de dentro de 20 años deben ser construidas ahora", ha dicho.
   Para ello, ha asegurado que se va a renegociar los programas 
de Defensa, algo que "debe servir para desahogar la situación y dejar 
hueco para futuros programas que habrá que poner en marcha ante la 
obsolescencia material". Al respecto, se ha mostrado convencido de que 
se encontrarán "fórmulas de colaboración" con los ministerios de 
Industria y de Hacienda para "actualizar, a un ritmo más lento, las 
capacidades de las Fuerzas Armadas".
   "Las estrecheces económicas de hoy no deben hacernos olvidar 
el peligro de unas Fuerzas Armadas huecas, tanto por escasez de recursos
 como por una gestión ineficaz", ha agregado.
   Por otro lado, Argüelles ha adelantado que el Consejo de 
Ministros aprobará tras el verano el acuerdo alcanzado entre Industria y
 Defensa para retrasar las devoluciones que las empresas deben hacer al 
primer ministerio, por financiación recibida años atrás, mientras no les
 pague a su vez lo que les adeuda Defensa. Los compromisos de pago de 
este ministerio en 2012 ascienden a 1.782 millones de euros.
   El secretario de Estado ha explicado que ahora se trabaja en 
fijar un nuevo calendario para todos estos pagos en cadena y que se 
pueda aprobar posiblemente en septiembre. "Mientras Defensa no cumpla su
 parte, las empresas deben buscar un aplazamiento de sus obligaciones y 
eso requiere un acuerdo del Consejo de Ministros", ha dicho.
   "No es fácil, pero avanzamos en la buena dirección", ha 
añadido Pedro Argüelles, que como ejemplo ha puesto los 309 millones de 
euros ya liberados por el Consejo de Ministros para "romper la tendencia
 de no atender pagos".
 "Son buenas noticias que me hacen ser optimista 
sobre la posibilidad de ir solucionando paso a paso el problema", ha 
concluido.
   Y en este contexto de crisis económica, en el que "el capital 
escasea" y "no es fácil encontrar fondos para nuevas inversiones", el 
responsable de Defensa ha apostado por la colaboración con el sector 
privado en todos los ámbitos posibles, sin que signifique "una 
externalización" de servicios públicos.
   "Es una asociación en la que se comparten riesgos y 
beneficios. La administración tiene que estar segura de que 
efectivamente la empresas cumple con su parte. Si eso es así, el ámbito 
es amplio", ha explicado.
 
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