lunes, 5 de marzo de 2012

El cerebro del 'megacasino', de la quiebra al top 20 de los más ricos en tres años

WASHINGTON.- El hombre que más dinero perdió con George W. Bush es también el que más ha ganado en los tres años de mandato de Barack Obama, y es también el hombre que más dinero está gastando para que el actual presidente se vaya de la Casa Blanca. Se llama Sheldon Adelson, y en España es famoso porque esperamos que sea el hombre que nos saque de la crisis construyendo un megacasino en Madrid o Barcelona, lo que está por ver, según publica hoy 'El Mundo'.

En la lista de multimillonarios de la revista 'Forbes', Adelson, que cumplió 78 años el 4 de agosto, es la decimosexta persona más rica del mundo, con un patrimonio de 21.500 millones de dólares (16.000 millones de euros). Pero llegó a tener más. En 2007, sus activos alcanzaban los 20.000 millones de euros. Entonces estalló la 'burbuja' inmobiliaria, que tenía su epicentro en Las Vegas. La recesión aniquiló los precios de los inmuebles en la región, hundió el presupuesto de las empresas para convenciones y dejó a los estadounidenses sin dinero que gastar en vacaciones.
Todo ello pulverizó el negocio del juego, en el que Adelson es el mayor empresario del mundo. Las acciones de su empresa, Las Vegas Sands, se hundieron un 98,5%. La hecatombe, además, llegó en el momento en el que la compañía estaba invirtiendo 14.500 millones de euros en casinos en Singapur, Macao y Las Vegas.
El resultado fue que en 2008 Las Vegas Sands amenazó con suspender pagos. Fue un cambio de fortuna espectacular, aunque hay que matizar que en EEUU una suspensión de pagos no es como en Europa, donde supone prácticamente la quiebra, sino que simplemente se trata de una reestructuración de la deuda que no condiciona en absoluto la viabilidad de la empresa. En cualquier caso, en 2009, Forbes apenas le atribuía a Adelson 2.500 millones de euros.
Así pues, Adelson perdió 17.500 millones de euros con Bush y ha ganado 19.000 con Obama. En 2008, Adelson gastó cerca de 20 millones de euros en apoyar a Bush. Cuatro años antes, contribuyó con cerca de 180.000 euros a las fiestas de la inauguración del segundo mandato del republicano.
Ahora, Adelson y su familia han donado 21 millones de dólares (15,6 millones de euros) a un 'super PAC'. Los 'super PAC' son los 'Comités de Acción Política': grupos que en teoría no forman parte de las campañas de los candidatos a la Casa Blanca, ya que son organizaciones jurídica y orgánicamente independientes. pero, en la práctica, están coordinados con ellas al 100%. La 'super PAC'a la que ha apoyado Adelson se llama Ganar nuestro futuro, y es la del candidato republicano Newt Gingrich. Pero el multimillonario ya ha declarado que dará dinero a cualquiera que compita contra Obama, con la excepción del ultraliberal Ron Paul.
¿Por qué apoya Adelson a Gingrich? "Lo que me preocupa es la consolidación de la economía socialista a la que hemos estado asistiendo durante casi cuatro años. Me da miedo porque la redistribución de la riqueza es el camino hacia el socialismo, y a que el Gobierno controle más la vida de la gente", explicaba Adelson en una entrevista este mes a 'Forbes'.
Su preocupación por las libertades en EEUU es notable si se tiene en cuenta que Las Vegas Sands es una verdadera multinacional del juego, y que entre los países en los que tiene activos está Singapur -que ha tenido dos elecciones presidenciales en dos décadas- y Macao -un territorio autónomo de la República Popular China-. Claro que Adelson es el ejemplo más destacado de la internacionalización del juego: el 90% de los beneficios de Las Vegas Sands procede de Asia. Y el concepto asiático de democracia no siempre coincide con el de EEUU, que a su vez es diferente del de Europa. Como dice el analista del 'think tank' conservador American Enterprise Institute, Michael Rubin, "multiculturalismo es algo más que aceptar que se puede ir a un restaurante japonés y pedir un mojito. Es aceptar que la gente piensa de forma diferente en diferentes países".
Y Adelson es genuinamente americano. Desde el punto de vista empresarial, político y personal. A su actual esposa -Miriam- la conoció en una 'cita a ciegas'. Ha basado gran parte de su carrera en explotar sus conexiones políticas. Pero, igualmente, ha impuesto su ideología a muchos políticos.
Posiblemente sea imposible desvincular los principios ideológicos de Adelson de su pasado. Su carrera arranca a los 12 años, es decir, en 1945, cuando le pidió prestados 200 dólares a su tío para ponerse a trabajar como vendedor de periódicos. Adelson -hijo de un emigrante de Bielorrusia que trabajaba como taxista- acabaría cuatro décadas más tarde comprando el Vegas Sands, el casino en el que actuaban Frank Sinatra, Sammy Davis Jr., y Dean Martin. Seis años más tarde, de viaje de novios en Venecia, decidió trasplantar la ciudad italiana a Las Vegas y construir The Venetian, un edificio emblemático de la ciudad y, para algunos, el mayor crimen cultural que se ha cometido en las últimas décadas, con la posible excepción de la voladura de los Buda de Bamiyán por los talibán.
Esas críticas le importan poco a Adelson, un hombre que, literalmente, hace lo que dice. Para 'reventar' a los sindicatos de su casino tuvo que 'reventar' gran parte del Partido Demócrata de Nevada, cosa que hizo sin mayores problemas. Es un destacado miembro del ala más dura de la política israelí -su esposa y sus hijos, de hecho, tienen doble nacionalidad de EEUU e Israel- y una de las teorías es que el siempre hábil Gingrich logró sus donaciones cuando afirmó que los palestinos "son un pueblo inventado". El negocio de los casinos es, además, proclive a escándalos, y Adelson, aunque nunca se ha visto involucrado en ninguno -como tampoco sus colaboradores más directos- dirige una empresa que es, por definición, controvertida.
Poco o nada le importa eso al septuagenario presidente de Las Vegas Sands. "La mayor parte de lo que se ha escrito sobre mí es mentira", ha dicho a 'Forbes'. De todos modos, él no es un hombre que se tome a la ligera frivolidades periodísticas. El tabloide británico 'Daily Mirror' le tuvo que pagar una indemnización de casi 5 millones de euros (que él destinó a la investigación contra el cáncer) por una información que publicó sobre él.

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