MADRID.- El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha relajado los  objetivos de déficit de España para 2012, desafiando las exigencias de  austeridad de la Unión Europea, y ahora debe evitar un desafío similar  de los gobiernos regionales españoles.
Mientras aumentan las protestas callejeras, Rajoy hace frente al  duro reto de convencer a unas regiones faltas de liquidez de asumir gran  parte de los recortes.
Las 17 comunidades autónomas representan cerca de la mitad del  gasto público y el despilfarro ha contribuido al desvío de los objetivos  de déficit público de dos puntos y medios desde el 6 por ciento del  PIB.
Rajoy modificó el objetivo de déficit de España en 2012 al 5,8  por ciento, algo más realista que un 4,4 por ciento casi imposible que  se fijó cuando todavía se preveía un crecimiento de la economía este  año. Ahora se pronostica una contracción de casi el 2 por ciento.
Aún harán falta recortes cuantiosos y las comunidades autónomas tendrán que ahorrar 15.000 millones de euros.
Cataluña, que representa una quinta parte del PIB español, dijo  que forzar a las regiones a hacer frente a esa cuenta es injusto.
Cataluña quiere un objetivo más realista para las regiones del  1,7 por ciento del PIB este año en vez del 1,5 por ciento revisado. Una  sola región, Madrid, ha conseguido la misma previsión que en 2011. Por  el momento, el presupuesto de Cataluña se ceñirá a la previsión original  del 1,3 por ciento.
"El objetivo de déficit asignado a las regiones es claramente  desproporcionado", dijo el responsable de finanzas  de Cataluña, Andreu Mas-Colell.
"No tiene sentido que el Gobierno central tenga más flexibilidad  que las comunidades autónomas, salvo que la idea sea recortar los  servicios públicos", expresó al periódico El País, Carmen Martínez  Aguayo, consejera de Hacienda en Andalucía.
El mismo lunes, en una comparecencia en la que defendió la  credibilidad del país con el compromiso fiscal y el nuevo objetivo de  déficit, Rajoy volvió a reconocer que las comunidades habrán de hacer un  "gran esfuerzo" y dio muestras de que exigirá una aplicación estricta  de los objetivos.
España lucha por mantener la credibilidad durante la crisis de la  zona euro, que ya ha forzado a Grecia, Irlanda y Portugal a pedir  rescates, y unos desvíos mayores de las regiones podrían hacer sonar las  alarmas a los inversores.
Los líderes regionales, que deben miles de millones de euros a  los servicios de limpieza callejera y sanidad, entre otros, dicen que se  puede ahorrar muy poco en sanidad y educación, los dos principales  presupuestos que controlan.
El Gobierno anunció el viernes la concesión de préstamos  sindicados de 35.000 millones de euros al 5 por ciento de interés para  ayudar a las regiones a cumplir los pagos pendientes, con un período de  carencia de dos años.
Los recortes en los servicios sociales podrían disparar nuevas  protestas que, aunque sean en gran medida pacíficas, se están  convirtiendo en más frecuentes.
"Nos estamos desnudando. No hay un euro más", expresó Ignacio  Diego, presidente del Gobierno de Cantabria, que incumplió en 2011 su  objetivo de déficit del 1,3 por ciento en más de 2 puntos y medio.
Diego se pronunció así ante periodistas después de reunirse con  Rajoy, que la semana pasada habló con los líderes de las autonomías  después de que se conocieran unas cifras que revelaron el excesivo gasto  de los gobiernos locales el año pasado.
Rajoy todavía tiene muchos aliados en las Comunidades Autónomas,  13 de las cuales están gobernadas por el Partido Popular. Sin embargo,  es consciente del precio político que habrá de pagar con una tasa de  paro en un insostenible 23 por ciento.
"Hemos hecho todo lo posible, salvo usar alpargatas...(pero) si  tenemos que reducir nuestro déficit al 1,3 por ciento este año, lo  haremos aunque duela", expresó José Antonio Monago, presidente de  Extremadura tras el encuentro con Rajoy.
Durante la transición a finales de los 70 y principios de los 80,  las regiones reclamaron más autonomía, en parte para compensar la  discriminación durante la dictadura franquista. Desde entonces, sus  poderes han crecido.
La austeridad ha intensificado una tensión que durante mucho  tiempo ha estado a punto de estallar entre las regiones, que han  acumulado una deuda de 135.000 millones de euros, y el Gobierno central.
A principios de febrero, Andreu Mas-Colell dijo que  Rajoy debe comunicar explícitamente a los ciudadanos la necesidad de  recortar en sanidad y educación para que los gobiernos regionales tengan  el apoyo moral del Estado.
La semana pasada, tuvieron lugar en Barcelona unas protestas  estudiantiles por los recortes en la educación y los analistas  consideran que las manifestaciones irán en aumento.
"Las protestas se intensificarán en el futuro...el presupuesto  será muy duro, como también lo serán las exigencias a las comunidades  autónomas", expresó Santiago Sánchez, jefe de investigación económica en  la Universidad Carlos III de Madrid.
Los recortes adicionales de regiones como Castilla La Mancha, que  marcó un déficit del 7,3 por ciento en 2011, 6 puntos porcentuales por  encima del objetivo, afectará al crecimiento y a los ingresos fiscales.
"Creo que será difícil que las regiones puedan cumplir sus  previsiones de déficit este año porque no tienen margen para recortar",  expresó Sánchez.
Algunas regiones discuten las cifras oficiales del año pasado. La  Rioja dice que el Gobierno central calculó mal su déficit y lo situó  por encima de la realidad. Otras, incluyendo Cataluña, consideran que  todavía se le deben grandes cantidades del Estado que han distorsionado  el déficit de 2011.
Con el fin de recortar el gasto, las regiones están estudiando  diferentes opciones, desde reducir el número de ayuntamientos (España  tiene más de 8.000), hasta cerrar oficinas de representación en el  extranjero.
Las Comunidades Autónomas tienen 132 oficinas de representación  en todo el mundo. Sólo en la ciudad de Sao Paulo en Brasil, existen 11  oficinas.
 
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