MADRID.- Una plataforma ciudadana, vinculada al 
movimiento 'indignado', ha constituido en Madrid la Oficina de 
Desobediencia Económica, que desde este martes ha iniciado en la capital
 su actividad para llevar a cabo una campaña de "insumisión fiscal", 
aunque, según han confirmado desde esta oficina, el 
proyecto contempla diferentes iniciativas para promover la 
"desobediencia civil masiva".
   Por el momento, este punto de información (localizado en el número
 8 de la calle Lacy) sirve de asesoramiento y consulta para aquellas 
personas en llevar a cabo este tipo de protesta, consistente en 
trasladar a la administración su negativa a subvencionar determinadas 
partidas que pueden considerar injustas. "No consiste en no pagar, sino 
en que si se considera que un dinero no está bien invertido, pagar en 
aquello que merezca la pena", han dicho.
   De hecho, desde la guía práctica que se puede encontrar en el 
espacio de Internet derechoderebelion.net y que detalla los pasos a dar 
para secundar la acción, se insta a "hacer siempre la declaración de la 
renta", incluso sin llegar al mínimo establecido por ley, ya que "muy 
probablemente saldrá negativa", es decir, a devolver.
   Tanto de forma presencial como a través de un teléfono habilitado 
para la ocasión o Internet --desde el cual se puede descargar el 'Manual
 de desobediencia económica' y una guía práctica para poder apoyar la 
campaña-- se justifican los motivos para seguir esta acción y los pasos a
 dar.
   Para ello, aconsejan no aceptar el borrador enviado por Hacienda, 
rellenándola a mano o con el programa 'Padre', ya que a través de vía 
telefónica o Internet imposibilita declararse como "insumiso fiscal", 
han asegurado. Esto se consigue calculando el porcentaje presupuestado 
de las partidas a las que se opta no subvencionar y destinar ese dinero a
 diferentes proyectos que, a juicio del insumiso, sean merecedores de su
 financiación.
   Por su parte, la Oficina especifica varios conceptos hasta llegar a
 cerca de un 25 por ciento de lo presupuestado en 2011 (24,81 por 
ciento) que, al dejar de pagar en la declaración, constituiría una 
deducción similar. Las partidas propuestas son las correspondientes a la
 deuda pública (20,38 por ciento), Defensa (2,81 por ciento), Policía 
Nacional, Guardia Civil, Monarquía, Senado, Prisiones e Iglesia.
   Según apunta la guía, una vez terminada la declaración, deberá 
ingresarse la cantidad de la insumisión fiscal calculada en la cuenta 
corriente de la entidad o colectivo a la que se decide financiar, 
especificando que este ingreso procede de esta campaña de insumisión.
   La Oficina recomienda destinar el dinero a proyectos que el 
ciudadano pueda tener cerca para poder comprobar de forma directa el 
desarrollo del mismo. En este sentido, en la página web del 'movimiento 
de desobediencia civil' se adjunta una lista de proyectos 
autogestionados recomendados.
   El comprobante del ingreso al proyecto deberá adjuntarse a la 
declaración para entregarlo junto a una "carta de insumiso fiscal" 
dirigida al Ministerio de Hacienda. Finalmente, han instado a comunicar 
esta acción a la Oficina para que no quede como un acto individual, y 
que pueda formar parte de esta protesta colectiva. 
   Esta iniciativa, gestada en los debates y asambleas celebradas el 
pasado mes de agosto tras conocer el proyecto de reforma de la 
Constitución para incluir los criterios de estabilidad presupuestaria y 
los límites del déficit establecidos en la Unión Europea, está inspirada
 en las campañas de objeción al gasto militar, que, según han apuntado, 
se lleva haciendo "desde hace años sin que se haya dado ningún tipo de 
problema".
   La deducción del 6 por ciento que se calcula de este gasto y que 
se deriva a otras iniciativas solo tiene "consecuencias 
administrativas", y, tras la nueva solicitud de Hacienda, se obliga a 
pagar el porcentaje restante que no se ha querido desembolsar en la 
declaración.
   Una "molestia", según han dicho desde la Oficina, que ha defendido
 esta protesta como manera de reivindicar "proyectos realmente públicos"
 que, como han apuntado en la guía "suelen adolecer de falta de recursos
 para consolidarse". Así, con la "desobediencia fiscal" esperan 
"alimentar la autogestión de las asambleas y desde estas dar prioridad 
absoluta a la financiación participativa de los recursos que se 
consideran verdaderamente públicos".
   "Es una forma activa de dejar claro de que la deuda no es 
nuestra", han dicho, calificando de "ilegítima" aquella deuda "que se 
contrata de nuevo para pagar antigua deuda y para implementar políticas 
que perjudican los derechos sociales y económicos", así como la que 
"proviene de una política que ha favorecido a una ínfima minoría de la 
población en detrimento de una aplastante mayoría de ciudadanos y 
ciudadanas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario