MADRID.- La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de
Madrid ha aprobado este jueves de manera definitiva el Plan de Calidad
del Aire 2011-2015, que lleva aparejadas medidas como el establecimiento
de una Zona de Emisiones Bajas (ZEB), la ampliación en una hora en toda
la ciudad del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER), de 20 a 21
horas, el incremento de un 10 por ciento en las tarifas en las ZEB y la
obligación de parar el motor cuando el vehículo esté estacionado en
cualquier punto de la ciudad, aun cuando el conductor no abandone su
puesto.
Para hacer todo esto posible, la Junta de Gobierno ha aprobado
provisionalmente una modificación de la Ordenanza de Movilidad --que
entrará en vigor el 1 de julio después de pasar por el correspondiente
periodo de información y Pleno-- para poner en marcha varias medidas del
Plan de Calidad del Aire.
La primera pasa por el establecimiento de una Zona de
Emisiones Bajas, es decir, delimitar un ámbito territorial en la ciudad
coincidente con el de mayor congestión de tráfico y de niveles de
dióxido de nitrógeno (NO2) para implantar medidas específicas.
Otra de medidas que implica la modificación de la ordenanza es
la ampliación en una hora del SER permitiendo a los residentes
estacionar durante ese intervalo en las plazas azules. La alcaldesa ha
destacado que los grandes beneficiados por esta medida serán los
residentes que además verán disminuido el importe de la tarjeta desde
enero, cuando se modifiquen las ordenanzas fiscales.
También aquí se incluye la obligación de parar el motor cuando
el vehículo esté estacionado, aun cuando el conductor no abandone su
puesto. La alcaldesa, Ana Botella, no ha podido concretar en rueda de
prensa a cuánto ascendería la sanción por no cumplir esta obligación.
Botella sí ha matizado que, a diferencia de otras ciudades
europeas, no habrá un peaje de acceso a la ZEB, pero a partir de julio
se establecerá un SER ambiental con una tarifa un 10 por ciento más
elevada que en el resto de la ciudad.
Botella, acompañada por el vicealcalde, Miguel Ángel
Villanueva, ha dado cuenta de las 70 medidas que apuntalan el Plan de
Calidad del Aire de la Ciudad de Madrid 2011-2015, que cuenta con un
presupuesto de 162 millones de euros y cuyo reto es reducir la
incidencia del tráfico en el medio ambiente.
Tras su aprobación por la Junta de Gobierno, el Plan se
publicará en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid y se remitirá
al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para su
envío a Bruselas. Es entonces cuando se solicitará la moratoria para
cumplir con los requisitos exigidos por la UE.
El Ayuntamiento de Madrid ha revisado las 377 alegaciones
presentadas por diferentes instituciones, particulares y grupos
políticos, entre otros. Se han estimado total o parcialmente 91; se han
desestimado 161; se consideran ya contempladas 98 y 23 no se refieren
directamente al Plan.
Entre las alegaciones no aceptadas se encuentran las firmadas
por PSOE e IU contra la modificación de las estaciones de medición.
Botella ha defendido que el cambio se hizo "para adaptar esas estaciones
a los parámetros de la Unión Europea y al nuevo desarrollo de la
ciudad", de la que ha recordado que fue la primera en medir la calidad
del aire, allá por los años 60.
Entre las que se ha admitido total o parcialmente destacan la
incorporación de un representante de los vecinos en la ponencia técnica
de la Comisión de Calidad del Aire; la extensión de las Áreas de
Prioridad Residencial, y la consideración de una nueva unidad
urbanística, las denominadas supermanzanas.
Se trata de una nueva entidad urbanística a contemplar en la
revisión del Plan General de Ordenación Urbana pero que se adelanta ya
en el Plan de Calidad del Aire. Es, en palabras de la regidora, "una
entidad superior a la de la manzana a considerar en los planes de
movilidad ya que puede ser una unidad más apropiada".
La alcaldesa ha detallado que el Plan de Calidad del Aire
apuesta por un enfoque integral de la movilidad, a la que dedica el 60
por ciento de sus medidas. La razón es que las emisiones del tráfico, a
pesar de haber bajado un 26 por ciento desde 2006, aún representan el 65
por ciento de las emisiones de óxidos de nitrógeno en la capital.
El Gobierno de la ciudad confía en que estas medidas, junto a
las políticas del resto de administraciones, "hagan descender las
emisiones de óxido de nitrógeno procedentes del tráfico un 22 por ciento
respecto a 2009, mientras que el NO2 quedará por debajo del límite
legal de los 40 microgramos/metro cúbico".
Asimismo, la alcaldesa ha confirmado que lo que se recaude de
más con el SER irá destinado a la movilidad ciclista, especialmente
dentro de la ZEB. De este modo, se va a poner en marcha un servicio
público de alquiler de bicicletas (1.500 bicicletas y 3.000 anclajes),
se ampliará la infraestructura existente con el desarrollo de una red de
ciclo-calles y ciclo-carriles, y se creará la denominada M-10 ciclista
y el eje ciclista Mayor-Alcalá.
El Plan prevé el uso de tecnologías limpias en el cien por
cien de la flota de autobuses de la EMT que presta servicio en la
ZEB. Se sustituirán, para ello, 307 autobuses de biodiésel por otros de
Gas Natural Comprimido (GNC) y se instalarán filtros de partículas y
óxidos de nitrógeno en otros 485 autobuses.
Además, se crearán dos líneas de subvenciones, una para
cambiar el 25 por ciento de las calderas de gasóleo de más de 10 años y
más de 1.000 kw. en la ZEB y otra para energías limpias en los taxis.
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