miércoles, 4 de mayo de 2011

Lissavetzky propone un plan de azoteas verdes para reducir la contaminación

MADRID.- El candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, Jaime Lissavetzky, ha mostrado este miércoles su interés por sustituir las aproximadamente 2.000 calderas de carbón existentes en la ciudad, por un plan de azoteas verdes que captarán el CO2 del aire de la ciudad y por la instalación de calefacción de barrio en las nuevas actuaciones urbanísticas.

   Lissavetzky ha presentado estas propuestas de fomento de la energía renovable en el ámbito doméstico junto al exministro y vicepresidente de la Fundación Ideas, Jesús Caldera, responsable último del informe 'Ciudades inteligentes: un modelo para Madrid'.
   Algunas de sus ideas han sido trasladadas al programa electoral con el que el ex secretario de Estado para el Deporte concurrirá a los comicios del día 22. En el acto también ha estado presente la responsable de Relaciones Internacionales del PSOE, Elena Valenciano.
   Lissavetzky ha propuesto asimismo destinar todo el suelo de la EMVS al alquiler, al tiempo que se ha decantado por la rehabilitación y por el ahorro energético, con una Inspección Técnica de Edificios (ITE) que incorpore el concepto de certificación energética y que supondría, según los cálculos que maneja, "un ahorro del 50 por ciento en la factura".
   El candidato también abre la puerta a que las obras necesarias en este campo pudieran pagarse en diez años, además del recorte a la mitad del IBI en las viviendas con energía solar y no con una reducción del 25 por ciento, como defiende el Ejecutivo de Alberto Ruiz-Gallardón.
   En un tipo de acto en el que ha confesado que libera "endorfinas, donde reside el placer", dado la minuciosidad del trabajo de la Fundación Ideas, frente a la "adrenalina" en estado puro de los mítines, el candidato socialista ha defendido que "para que haya ciudades inteligentes se necesitan políticos inteligentes, que tengan  inteligencia para anticiparse al futuro".
   En este punto, el candidato ha rememorado al exalcalde Enrique Tierno Galván, que decía que "primero hay que pensar la ciudad y luego hacerla", todo lo contrario a lo que, en su opinión, está haciendo el PP con "sus 22 años larguísimos de gobierno".
   En su intervención ha recordado el "decálogo estratégico" de su propuestas electorales, que pasa por la inclusión de medidas para promover más empleo y de calidad; un urbanismo de proximidad y una política de vivienda justa; el impulso de Planes Integrales de Distrito; la mejora de la movilidad, junto con una mejor política medioambiental ante la "legislatura de la contaminación".
   En su decálogo también incluye la potenciación de la convivencia en igualdad y la conciliación; el fortalecimiento de las políticas sociales; las políticas de buen gobierno; una hacienda municipal saneada; convertir Madrid en una "ciudad taller" en el ámbito de la cultura y no en una mera urbe monumental de "Sissí emperatriz" y trabajar por un Madrid más seguro con más policías municipales vigilando las calles.
   Cree que Madrid ha crecido "a impulsos", de manera desordenada, una situación de "desigualdad" que se ha extendido hasta los nuevos PAU de Montecarmelo, Sanchinarro y Las Tablas. Lo que pretende el socialista es que cada madrileño se sienta "orgulloso" de su barrio, para lo que deben contar con suficientes equipamientos y un correcto modelo de movilidad. Por ejemplo, reclama "más dotación de servicios" en la operación Campamento y "menos (sector) financiero y más vivienda asequible en la operación Chamartín".
   Lissavetzky no ha dudado en aportar datos, como que existen 490 viviendas por cada mil habitantes, hasta 1,6 millones de viviendas, de las que 650.000 son secundarias o están desocupadas y a las que se suman unas 50.000 en las que se vive en condiciones de hacinamiento.
   Entre sus propuestas se incluyen los planes integrales de distrito, con medidas relacionadas con la estructura urbana y la conectividad. Así, ha prometido acabar con el paso elevado de la M-30 en Puente de Vallecas, parar el 'miniVaticano' y apostar por la Finca de Vista Alegre.
   También defenderá la continuación de la peatonalización, un plan de movilidad ciclista y una apuesta por el pequeño comercio creando 'calles mayores' en los barrios como lugar de encuentro de la ciudadanía. Se trata, en definitiva, de abandonar el modelo actual de urbanismo, "a la americana", con calles muy bien conectadas con grandes superficies comerciales y que se han convertido en las "ciudades dormitorio del siglo XXI", carentes de "fibra social".
   Todo ello sin olvidar los 6 millones de metros cuadrados de suelo industrial a desarrollar y los solares vacíos, cuya titularidad recae en otras administraciones y con las que habría que "sentarse a hablar" para dar una salida a esos espacios.
   El transporte público es otro de los ejes de su programa. Y es que, como ha expuesto, "una cosa es hacer muchos kilómetros de Metro y otra, ver su frecuencia en determinadas zonas". Entre sus propuestas incluye el Metrobús 90, una nueva estación en Alonso Martínez con conexión a Cercanías, nuevos intercambiadores de acceso en Conde de Casal o Legazpi así como líneas lanzadera, que reducirían las paradas en horas de congestión.
   También defiende la creación de más Áreas de Prioridad Residencial (APR) mientras que ha avanzado que están estudiando la posibilidad de reservar determinados vagones del Metro para poder subir a ellos con una bicicleta.
   Asimismo, Jaime Lissavetzky plantea una ampliación y mejora de las  zonas verdes, como la Casa de Campo; un plan de rehabilitación del Retiro, la reforestación de la Dehesa de la Villa, la finalización de La Gavia, de la Cuña Verde de O'Donnell y de Valdebebas así como la Casa de Campo del norte, en Fuencarral, para crear un cinturón en Madrid que conecte las zonas verdes más significativas de la ciudad.

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